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II Colloquium de misioneros redentoristas

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Presentación del tema: "II Colloquium de misioneros redentoristas"— Transcripción de la presentación:

1 II Colloquium de misioneros redentoristas
Trois Epis - Francia septiembre 2010

2 Actualidad del espíritu alfonsiano
en la presentación de la moral hoy Miguel Rubio - Prov. de Madrid

3 Actualidad del espíritu alfonsiano en la presentación de la moral hoy
0 MARCO REFERENCIAL: LA FIGURA DE ALFONSO DE lIGUORI ( ) I EL ESPÍRITU: LO QUE PERDURA DE ALFONSO II EL MUNDO ACTUAL Y SU PROBLEMÁTICA: LO QUE VA DE AYER A HOY III LA PROBLEMÁTICA MORAL ACTUAL A LA LUZ DEL ESPÍRITU ALFONSIANO

4 0 MARCO REFERENCIAL: LA FIGURA DE ALFONSO DE lIGUORI (1696-1787)
1 Un estilo nuevo para un tiempo diferente 2 Fidelidad a las fuentes: la tradición alfonsiana

5 (Pedro López / Provincial de Madrid, Comunicación n° 14 / 01.08.10).
1 Un estilo nuevo para un tiempo diferente “Cada vez nos cautiva más su actitud permanente de búsqueda de la voluntad de Dios, que le hace acudir a los suburbios de Nápoles al encuentro de los sin techo y de la juventud marginada de la ciudad, poniendo en marcha las Capillas del atarde-cer, o misionando pueblos y aldeas del reino de Nápoles hasta fundar la Congrega-ción del Santísimo Redentor, a fin de seguir el ejemplo de Jesucristo y anunciar el Evangelio a los más abandonados de la sociedad y de la Iglesia. Su cercanía con el pueblo sencillo hace que busque dar respuesta a las cuestiones prácticas presenta-das por los fieles desde una teología moral que se aleja del rigorismo reinante en la época y que opta por la benignidad pastoral como camino de acompañamiento a los fieles para que se encuentren con el Dios de la misericordia. En tiempos recios como los que nos toca vivir, su testimonio es un estímulo para renovar nuestra presencia misionera entre los más abandonados de nuestra sociedad y de la Iglesia, y para ayudar a nuestra gente a encontrar caminos de salvación en medio de tantos conflictos éticos como se nos plantean en nuestra época”. (Pedro López / Provincial de Madrid, Comunicación n° 14 / ).

6 2 Fidelidad a las fuentes: la tradición alfonsiana
Reducción en la presentación: Tradición alfonsiana Discípulos aplicados Lo viejo y lo nuevo de la salvación de Dios Lo viejo y nuevo y en el patrimonio alfonsiano Las actitudes más que la casuística

7 I EL ESPÍRITU: LO QUE PERDURA DE ALFONSO
1 Estructura teológica 2 Estructura moral 3 Estructura pastoral

8 1 Estructura teológica Moral “teológica”: Dios misericordioso, espejo de discernimiento y tratamiento moral. Moral “cristológica”: Centralidad de la persona de Jesucristo Moral “pneumatológica”: Apertura a los “signos de los tiempos” bajo la guía del Espíritu Moral “eclesiológica”: Preocupación por “los más abandonados”

9 2 Estructura moral La persona por encima de las normativas y las instituciones Prioridad de la conciencia frente al legalismo

10 3 Estructura pastoral La “pastoralidad” como sello del talante redentorista “Su cercanía con el pueblo sencillo” le lleva, asimismo, a optar por la sencillez como distintivo de su acción misionera: Estilo de vida de los redentoristas Método de la acción misionera Obra moral: simplificación del entramado moral, de manuales (Práctica del confesor), etc. Benignidad frente a rigorismo

11 II EL MUNDO ACTUAL Y SU PROBLEMÁTICA: LO QUE VA DE AYER A HOY
1 Fidelidad en vez de copia 2 Diferencias que marcan la teología moral-pastoral de su época y la nuestra Tres escenarios importantes en el quehacer moral-pastoral de hoy 3 Escenario socio-demográfico: La cultura urbana 4 Escenario eclesial: Ebullición y tensiones intraeclesiales 5 Escenario ideológico-ético: Del imperio del subjetivismo y el individualismo al relativismo moral

12 Fidelidad en vez de copia
Copiar a Alfonso significaría traicionar su intención y traicionar a los hombres y mujeres de hoy. Nuestra fidelidad a Alfonso no consiste en repetir su obra, sino en mantener viva la tradición alfonsiana, su inspiración, su “espíritu”: las líneas de fuerza de su paradigma, aplicadas a dar respuesta evangélica plausible a los desafíos de nuestro tiempo.

13 Época contemporánea (siglo XXI)
2 Diferencias que marcan la teología moral-pastoral de su época y de la nuestra Época de Alfonso ( ) Época contemporánea (siglo XXI) Sociedad de población prevalente rural Cultura racionalista, ilustrada, del libro y la palabra Cosmovisión imperante: sacral, religiosa, creyente Horizonte ideológico-moral: legalismo, rigorismo Iglesia: uniforme, en situación clerical, de “régimen de cristiandad”. Teología católica escolástica, ordenada estrechamente bajo la égida de la Contrarreforma emanada del Concilio de Trento ( ). Moral enmarcada en el esquema de la Summa theologica de Santo Tomás de Aquino ( ). Sociedad de población prevalente urbana Cultura tecnológica, de la imagen y los medios de comunicación Cosmovisión imperante secular, laica, indiferente... Horizonte ideológico-moral: utilitarismo, hedonismo, relativismo Iglesia: pluriforme, laical, entre los polos de “re-cristianización” y “grupos de base”. Teología católica de carácter más abierto, dialogal e interdisciplinar, desarrollada a partir de los parámetros orientadores del Concilio Vaticano II ( ). Moral influida, primero, por La ley de Cristo del redentorista Bernhard Häring ( ), luego por moralistas y manuales de orientación post-vaticana.

14 3 Escenario socio-demográfico: La cultura urbana
Población total mundial actual Época Población Europa 1750 [Alfonso: ] 791,0 millones 163,0 millones 2010 6.866,9 millones 728,8 millones (10,6% del total) Población urbana actual Según Naciones Unidas, en el año 2010 la población urbana global habría alcanzado el 51, 3 % de la población total, superando así a la rural. En EE. UU., el cambio de una mayoría rural a una mayoría urbana se produjo a finales de la década de 1910; hoy, sólo un 21 % es rural. También Europa es predominatemente urbana, aunque con regiones de mayoría rural. Los países en vías de desarrollo acumulan los porcentajes más altos de pobración rural.

15 Cultura urbana y misión redentorista
De acuerdo con estos datos estrictamente demográficos: 1) El mundo actual todavía mantiene vigente la primera intuición misionera de Alfonso hacia las gentes “más abandonadas” de regiones similares a la de Scala de mediados del siglo XVIII. De hecho, muchos de los nuestros atienden también hoy a los más desfavorecidos del mundo profundamente rural en distintas partes del planeta. Hoy, no obstante, incluso en las regiones rurales –sobre todo en Europa– cada vez son más las personas de “cultura urbana”. Pertenecen al mundo rural, pero tienen: formación urbana, hábitos urbanos, considerable potencial tecnológico ... Piensan y viven como urbanitas. La cultura urbana ha invadido incluso al mundo rural. La cultura urbana actual genera, a su vez, nuevas bolsas de pobreza material (los nuevos pobres), así como pobreza espiritual; fenómeno que ensancha el número y las especies de desfavorecidos, empobrecidos, deshumanizados de las sociedades opulentas.

16 Pese al indiscutible progreso de nuestro mundo en tantos aspectos, la cultura urbana actual padece de un desolador analfabetismo cristiano, que hace hoy más necesaria que nunca la misión, pero según una nueva modalidad, todavía sin definir ni aplicar: la misión urbana. El replanteamiento del “formato de misión popular” –con la gran carga de replanteamiento moral de la cultura urbana– se nos impone como cuestión capital de subsistencia. Tanto para la población rural como para la urbana, la metodología, la temática, el instrumental, los emplazamientos... de la misión tradicional requieren una auténtica transformación. Los destinatarios de la misión –incluso los de medio rural– son urbanitas en su idiosincrasia. La misión cristiana nunca podrá prescindir de la palabra hablada (tampoco la humanidad). Pero hoy manda la imagen. El púlpito cede cada vez más su puesto a la TV y a Internet. Los templos están en el aire, en las páginas web. La cultura urbanita de nuestro tiempo nos impone un obligado tiempo de desierto, que no tiene por qué ser una época muerta o estéril. Para Jesús de Nazaret, el desierto supuso un periodo de clarificación de su identidad al comienzo de la proclamación de la Buena Nueva. ¿Por qué no para nosotros?

17 4 Escenario eclesial: Ebullición y tensiones intraeclesiales
Alternativas intra-eclesiales contrapuestas: - Corrientes de inercia conservadora y movimientos de renovación; - Procesos retroactivos de “re-cristianización” frente a grupos de base empeňados en la apertura y el diálogo; - Escasez vocacional al estado religioso / sacerdotal y florecimiento de laicos responsables. Alerta a los signos de los tiempos Los “signos de los tiempos” orientan el genuino progreso de la Iglesia, en armonía con el Evangelio y las exigencias de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. La escucha atenta a su voz reclama hoy de nosotros: 1) Una clara apuesta por los laicos. 2) Un clarividente discernimiento de la “nueva evangelización” Pero a este respecto: hay que desenmascarar algunas trampas, sobre todo, en relación a su meta y sus destinatarios.

18 La meta: volver a las raíces, recuperar toda la savia del Evangelio
Con la expresión “nueva evangelización” no se trata de volver de nuevo a un régimen de cristiandad, como determinadas intervenciones eclesiásticas parecen sugerir, sino de volver de nuevo a las raíces, para recuperar toda la savia del evangelio, sin quedarse en el tiempo. Ni en aquel tiempo, ni en ningún tiempo pasado, pues por ahí andan acechando los demonios del fundamentalismo. No se puede retroceder hasta la cristiandad, ni siquiera a la primitiva Iglesia. En todo caso hay que volver a Jesús. Pero tampoco se puede echar por la borda todo el pasado, como si nada hubiera pasado. Hay que recuperar la memoria, para conservar toda la fragancia de la tradición, pero desprendiéndose de los malos olores del tradicionalismo, que no es más que apego desordenado al pasado y miedo a seguir adelante Los destinatarios: la situación de post-cristiandad La Europa de hoy vive en situación de post-cristiandad. Hablar de “nueva evangelización” sólo puede significar una “segunda” evangelización, en la que la mayoría de los destinatarios occidentales no sufre carencias materiales, ni es ignorante...; no es pre-cristiana. Por el contrario, dispone de bienes, posee cultura notable y desprograma a Dios de su existencia; es post-cristiana.

19 5 Escenario ideológico-ético: Del imperio del subjetivismo y el individualismo al relativismo moral
Secuelas desviadas del proceso de secularización Escenario multidimensional de movimientos socio-culturales y de ideas: - Secularismo - Subjetivismo e individualismo - Desplazamiento de la razón por las emociones y la enfatización de la realidad del yo frente a la realidad de lo demás y los demás. - Hedonismo, utilitarismo, relativismo o, en su contra, fundamentalismo. ¿Bajo la “dictadura del relativismo”? Relativismo como "actitud moral" "Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus ganas“ (Ratzinger). Acertado o hiperbólico, el slogan “dictadura del relativismo” tuvo fortuna mediática. Y, en cualquier caso, es un hecho real que el relativismo nos sale al encuentro en nuestra tarea misional.

20 El relativismo moral entiende la moral como conjunto de usos y costumbres, cuya validez depende de cada individuo, o incluso de sus propios intereses, en un espacio o tiempo concretos. Verdad y valores son los dos epicentros sobre los que gravita. Aplicado al universo moral, el relativismo no admite verdades o valores de rango superior (absolutos, eternos...), sino que postula para todos ellos el mismo nivel de igualdad: todas las verdades y todos los valores son relativos y cambiantes, en sintonía con la diversidad y variación de situaciones del sujeto. En relativismo moral vigente en el mundo actual tiene su origen, no como resultado de elucubraciones filosófico-éticas, sino como actitud adoptada desde un contexto ampliamente multiplicado de experiencias psicológico-vitalistas y bajo el influjo de la interacción globalizada de las diferentes culturas, que "relativizan" la importancia y el sentido del universo moral. La respuesta moral-pastoral a la ola de relativismo ¿Cómo activar una moral cristiana plausible como alternativa al relativismo, sin dejarse vencer por el fundamentalismo, polos opuestos que se disputan hoy la hegemonía ética en Occidente?

21 Frente a ambas polarizaciones, ambas deshumanizadoras, la tarea cristiana de humanizar requiere:
1) Una moral de puertas abiertas. 2) Una moral fiel a sí misma y crítica. 3) Una moral cristiana alternativa del relativismo, para la que ni vale todo, ni todo vale por igual, como atestigua tanto la experiencia histórica como la experiencia cotidiana. No todo es relativo. La vida humana también está hecha de constantes y las necesita. Cada cosa relativa lo es a su manera, o es relativamente relativa. 4) Una moral cristiana alternativa del fundamentalismo, para la que el ideal moral consiste en el equilibrio entre la realización de las personas y el cumplimiento de la ley Salvar a las personas no tiene por qué estar en contra de la ley Pero en casos límite de forzosa elección, la opción preferencial en sintonía con el Evangelio ha de caer del lado del sujeto (con riesgo de relativismo subjetivo), antes que de la norma (con riesgo de absolu tismo). Lo que se ha de salvar es la persona, no la norma (Mc 2, 27).

22 III LA PROBLEMÁTICA MORAL ACTUAL A LA LUZ DEL ESPÍRITU ALFONSIANO
1 El espíritu alfonsiano como iluminación 2 La problemática moral actual: una síntesis panorámica 3 De la casuística tradicional a la praxis evangélica: Jesús de Nazaret, paradigma de acción moral-pastoral

23 1 El espíritu alfonsiano como iluminación
Alfonso llegó a la moral por la misericordia. Su ideal de seguimiento de Jesús le hizo ver que los últimos de la tierra sufrían, entre sus males, una carga de rigor religioso-moral nada consecuente con la Buena Noticia de Jesús. Al hacerlo tenía su mente fija en la misión. Pero Alfonso no es el paradigma, sino el iluminador del paradigma de Jesús de Nazaret. En coherencia con el Evangelio, la misión no puede reducirse a moral. Pero la dimensión moral también forma parte integrante del programa evangélico de la misión. a) En su función negativa: Como denuncia profética de situaciones de injusticia, abuso de poder, corrupción, deshumanización... b) En su función positiva: Como proyecto humanizador. En coherencia con Jesús, el misionero no puede ser un mensajero moralizante. Pero tampoco puede eludir hacer propios los problemas morales del momento.

24 2 La problemática moral actual: una síntesis panorámica
¿Cuáles son hoy los problemas morales realmente preocupantes? Los problemas morales realmente preocupantes hoy no siempre coinciden con los problemas que, de hecho, preocupan a la mayoría de la gente en general. No perderse en el laberinto moral actual tiene la ventaja de eliminar en buena parte las dosis desmedidas de inseguridad, además de enfocar la problemática desde la adecuada perspectiva. c) Problemática de siempre y problemática nueva.- Por lo demás, en el elenco de la problemática moral más signifivativa de nuestros días, tienen cabida ámbitos morales del más variado signo: 1) Las grandes cuestiones morales de siempre 2) Cuestiones nuevas derivados del progreso de las ciencias 3) “Cuestiones inventadas” por las nuevas generaciones d) Focos centrales de la problemática moral actual. [No se trata de presentar toda la problemática moral actual . Sólo, algunos focos beligerantes, que repercuten más directamente en nuestra acción pastoral]:

25 Pobreza, hambre...: También son nuestro problema.
Campo profuso en cuestiones candentes que, o se refieren directamente a la moral o en última instancia únicamente encuentran una solución aceptable a partir de imperativos morales (respeto, solidaridad, responsabilidad...). Apunto algunos focos de problemática, que recaban de todos un compromiso de responsabilidad compartida, porque en ellos está en juego el futuro de la humanidad. Moral social Nuestra tarea como misioneros: despertar la concienciación / activación de nuestros mejores recursos morales. Pobreza, hambre...: También son nuestro problema. Demografía: Responsabilidad y solidaridad por una sociedad presente y futura demográficamente sostenible. Ecología: De la bio-degradación a la bio-responsabilidad. La construcción de la paz / la erradicación de la guerra: terrorismo, violencia en sus diversas variantes. Mass Media: Moralidad e inmoralidades. Crisis económico-financiera internacional: Toma de conciencia, denuncia y presión ciudadana para exigir la depuración de responsabilidades.

26 Moral personal-familiar
En este campo llevamos a cabo la mayor parte de nuestra tarea misionera (y parroquial). Problemática moral especí- fica, que desborda los planteamientos convencionales. Ello obliga a abrirnos a las nuevas situaciones personales y familiares; también a actualizar nuestra formación moral, Moral personal-familiar atentos a las nuevas orientaciones tanto científicas como teológico-morales. Respecto a la familia: Ésta, en su amplia gama de etapas de crecimiento personal y comunitario, ofrece todo un abanico de posibilidades y de necesidades. Una pastoral familiar interactiva con los laicos de toda condición constituye, sin duda, la tarea más urgente que podemos acometer. Provechosa tanto preventiva como terapéuticamente; a nivel humano, creyente y moral. Respecto a la persona: La des-tabuización de la condición sexual hasta límites de reconocimiento legal constituye acaso el fenómeno moralmente más desconcertante desde el punto de vista de la moral cristiana convencional. Ese status legal se sustenta sobre la base de planteamientos antropológicos, en los que se aglutinan factores tan heterogéneos como autonomía personal, des-mitologización, des-transcentalización, culto al individuo, exaltación de la libertad, hedonismo... Un discernimiento desapasio- nado permite decantar ciertos brotes de una nueva antropología. Serenidad y cautela son mejores consejeros morales que condena y precipitación.

27 Pluralidad de modelos de familia / matrimonio: patriarcal, pero también monoparental; convencional, pero también desestructu- rada; heterosexual, pero también homosexual... Separados y divorciados (vueltos a casar). Ya la misma situación de separa ción o divorcio conlleva un cúmulo de problemas de tipo psicológico y familiar: soledad, pérdida de autoestima, depresión, relaciones con el ex-cónyuge y los hijos, dificultades laborales y económicas... Pero a él se suman otros externos, nacidos de la condición de creyentes católicos: la sensación de rechazo ecle- sial, la prohibición de rehacer su vida en un nuevo matrimonio o de acceso a la Eucaristía, cuando ese nuevo matrimonio se ha producido... En algunos casos, el problema moral se presenta en forma de dilema: vivir en infelicidad, pero en coherencia con la normativa eclesiástica, o pasar por alto esa normativa y optar por la felicidad. En casi todos los casos emerge otro conflicto: cómo comprender a una Iglesia que se dice “madre”, pero a veces procede con crueldad de “madrastra”. Es éste un nuevo campo de “abandonados”, al que se está abriendo nuestra pastoral parroquial. “Matrimonio”(?) entre personas del mismo sexo. Homosexualidad vivida y aceptada.

28 La aplicación a la vida humana de los progresos científicos y, particularmente, biotecnológicos, ha abierto bastantes interro- gantes y originado no menos conflictos éticos. De ellos, junto a otros ya clásicos en la moral tradicional, se ocupa la bioética. Bioética 1) En perspectiva más tradicional, el aborto y la eutanasia son dos temas clásicos de claro discernimiento para la teología moral cristiana de siempre. Pero nuevos plantea-mientos antropológicos, ideológicos y políticos (desde una visión secular, autonómica, hedonista...) están cuestionando en algunos sectores de las sociedad contemporánea el valor trascendente e intocable del origen y final de la vida. 2) En perspectiva más actual, los conflictos morales más preocupantes provienen del mundo de las tecno-ciencias. El increible auge de la biotecnología y sus avances en la aplicación de nuevas tecnologías a la manipulación de la vida, llevan a algunos científicos a pensar que la producción de la vida humana en laboratorio está al alcance de la mano. En este sentido, la lista de conatos exprimentales y programas biotecnológicos no deja de agrandarse contínuamente: desde la inseminación artifical hasta las más variadas clonaciones celulares en busca de la curación de patologías hereditarias, recuperación de órganos y funciones, que han perdido su operatividad, sin renunciar incluso a la clonación humana. Y un largo etc.

29 Un mundo nuevo y fascinante se abre ante nosotros a impulsos de la ciencia.
Desde el punto de vista estrictamente moral nos hallamos ante un impactante horizonte de difícil lectura, en el que no obstante se juega mucho de la humanidad y para el que se requiere una moral tan abierta como cauta. Con dos funciones de capital importancia: a) Simpatía crítica. “Simpatía”, como actitud afectiva de acogida hacia ese mundo formidable; un sí de entrada, pero “crítico”, no irreflexivo o sin ponderar. b) Discernimiento clarividente. Con un criterio central: la salvaguarda integral de las personas, de la humanidad, del mundo ecológico. A partir de esos criterios, hay que preguntarse: ¿Qué clase de sociedad buscamos? ¿Una sociedad deshumanizada de progreso material ilimitado, o una sociedad cada vez más humanizada, en armonía con todos los hombres y la naturaleza? También aquí, “el hombre es la medida de todas las cosas” (Protágoras). De manera sintética: Aborto: El valor innegociable de la vida humana en la actual algarabía de valores Eutanasia: La vida y la muerte dignas. Biotecnología (en sus múltiples derivaciones): ¿Transgresión del plan divino o colaboración creadora? El sueňo del acceso a las llaves de la vida.

30 3 De la casuística tradicional a la praxis evangélica: Jesús de Nazaret, paradigma de acción moral-pastoral ¿Cómo responder a esta problemática moral? 1) De Alfonso hemos de mantener más su espíritu que sus respuestas concretas. 2) No es el nuestro, tiempo de casuística ni de recetas. Tanto en la pastoral como en la moral, es preferible servirse de “referentes” flexibles: Jesús (su estilo de vida y su Buena Noticia), el espíritu de Alfonso en sintonía con Él. Desde este horizonte referencial, nuestra respuesta pude guiarse por criterios como: Cada persona es “singular y única”.- Por ello: no a las “recetas morales”. Humanización.- Frente a la moral farisea, Jesús propone la moral evangé lica.- Es decir: frente a una moral del “cumplimiento” de la ley por la ley, él propone una moral de las personas, que ante todo se preocupa de que las personas se realicen en su integridad, como individuos y colectivo social.

31 Benignidad. - Somos “servidores” de la redención
Benignidad.- Somos “servidores” de la redención. Al estilo de Jesús, que ha venido “para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), la misión nos impulsa a salvar (absolver) siempre y no condenar La última palabra, el juicio definitivo, corresponde a Dios; y, en Jesús, Él se revela siempre como misericordia, amor, perdón. La tarea redentora en la predicación y el sacramento del perdón.- En nues tras respectivas comunidades cristianas, los redentoristas nos hemos distin guido siempre por la predicación explícita y por la atención solícita al minis terio de la reconciliación. En toda nuestra actividad –y especialmente en éstas– el misionero / moralista redentorista está llamado a transmitir libera ción y esperanza de parte de Dios. Necesidad de pasar de una concepción de la redención desde el individua lismo moral (“Salva tu alma”) a la redención entendida como comunidad.

32 La necesaria “des-judicialización” de Dios
La necesaria “des-judicialización” de Dios.- La judicialización de Dios consis te en el proceso antropomórfico, por el que revestimos nuestra concepción de Dios de ropaje jurídico-judicial, en sentido excesivamente literal. Hablar de Dios como juez sólo puede tener un sentido analógico. La imagen de juez aplicada a Dios encoge peligrosamente lo que Jesús nos revela del Padre Según esa imagen, trasgredir su voluntad implica hacerse acreedor de casti go. Es una concepción intimidatoria para los creyentes, que adjudican a Dios el atributo de justiciero y vindicativo. El rostro de Dios que muestra Jesús se sitúa en la antípoda del dios justiciero, vindicativo o castigador. La necesaria "de-moralización" de Dios.- La moralización de Dios también proyecta sobre él rasgos "demasiado humanos" (sentimientos de agravio, exigencia de reparación, intransigencia…), no compaginables con su imagen evangélica. Y convierte la moralidad en el criterio, por el que Dios nos acep ta o rechaza. La de-moralización de Dios desmonta la concepción de un "dios moralista”: Señor estricto y severo que custodia un riguroso sistema moral, no siempre conciliable con la razón; o, todavía peor: déspota imposi tivo y represivo, atrincherado entre prohibiciones, suspicaz ante todo lo que promete al hombre vida y felicidad. También aquí, los textos evangélicos desautorizan rotundamente la representación de un “dios moralista”.

33 Miguel Rubio - Provincia de Madrid
m u c h a s g r a c i a s

34 e n d k o n i e c f i n e e n d e f i n


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