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Camino al Calvario Camino a la Salvación
El Santo Vía-Crucis Camino al Calvario Camino a la Salvación
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Tal como soy de pecador, sin otra fianza que tu amor, a tu llamado vengo a ti. De Dios Cordero: estoy aquí. Tal como soy, con mi maldad, miseria, pena y ceguedad; pues hay remedio pleno en ti, de Dios Cordero: estoy aquí.
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Tal como soy, sin demorar,
tu sangre acudo aquí a buscar; en ella puédome lavar De Dios Cordero: estoy aquí. Tal como soy me acogerás; perdón y alivio me darás. Pues tu promesa ya creí,
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Tal como soy, buscando paz,
en mi aflicción y mal tenaz combate rudo siento en mí. De Dios Cordero: estoy aquí. Tal como soy, tu compasión quitado ha toda oposición. Ya pertenezco sólo a ti.
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P: En el nombre del Padre, y del † Hijo, y del Espíritu Santo.
C: Amén. P: Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Acto Penitencial P: Hermanos y hermanas, hemos llegado al final de este día el cuál Dios nos has permitido vivir. Estamos viviendo los días de la Cuaresma en los cuáles la iglesia nos invita a prepararnos para la fiesta de la Pascua. Pausemos brevemente para reconocer delante de Dios, junto con toda la compañia de los santos y los ángeles, y en presencia los unos de los otros, nuestros pecados.
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Acto de Contrición A: Jesús, mi Señor y Redentor: C: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
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A: Señor, ten misericordia de nosotros,
C: Porque hemos pecado contra ti. A: Muéstranos, Señor, tu misericordia, C: Y danos tu salvación. P: El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. C: Amén
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P: El Señor este con ustedes,
C: y con tu espíritu. P: Oremos, Todopoderoso Dios, tú enviastes a tu Hijo a entregar su vida por nuestros pecados y por nuestra salvación. Te pedimos que recibas con agrado este Santo Via-Crucis que te ofrecemos por el perdón de nuestros y nuestra salvación. Por nuestro Señor Jesucristo. C: Amén
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Jesús es condenado a muerte.
I Jesús es condenado a muerte. P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Jesús es condenado a muerte.
Lectura: Pilato mandó sacar a Jesús y dijo a los judíos: “Aquí tienen a su rey”. Pero ellos le gritaban: “¡Fuera, fuera, crucifícalo!”. Pilato les dice: “Pero ¿cómo he de crucificar a su rey?” Respondieron los príncipes de los sacerdotes: “Nosotros no tenemos más rey que al César”. Entonces se los entregó para que fuera crucificado. (Juan 19:14-16)
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P: Señor Jesús, con frecuencia juzgo a los demás y no les muestro comprensión ni amor. Ayúdame a mirar a aquellos que amo a través de tus ojos, y no a través de los de Poncio Pilato. C: Padre nuestro, que estás en el cielo,
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús sale con la Cruz a cuestas
II Jesús sale con la Cruz a cuestas P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: La cruz es colocada sobre los hombros de Cristo y él debe llevarla hasta el Calvario. A pesar de su extrema debilidad, Jesús la recibe. También nosotros recibimos todos los días una cruz que debemos llevar. Y nuestra cruz no es de madera sino de las cosas que forman nuestro día: aceptación de los demás, misericordia con el necesitado, y compasión con los más débiles. Recordemos las palabras del Evangelio: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame” (Lucas 9:23).
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P: Señor Jesús, tu recibiste la cruz para redimir al mundo
P: Señor Jesús, tu recibiste la cruz para redimir al mundo. Ayúdame a aceptar las cruces de mi vida: las dificultades, luchas, desiluciones, racismo, rechazo, dolores. Sólo cuando reconozca mis debilidades, descubriré tu fortaleza. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús cae por primera vez
III Jesús cae por primera vez P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús cae. Muchos brazos se extienden hacia él, pero ninguno para ayudarlo. Muchas veces, nosotros también caemos, pero nadie extendie su mano para ayudarnos. Por otra parte, otras veces vemos como otros caen, y nosotros no le extendemos la mano para ayudarlos.¿Qué podemos hacer para levantar al prójimo cuándo cae?
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P: Señor Jesús, tú bien sabes cuántas veces he caído al tratar de seguirte. Sin embargo, siempre estás a mi lado para levantarme. Ayúdame a confiar siempre en el cuidado amoroso que me muestras. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús encuentra a su Santísima Madre
IV Jesús encuentra a su Santísima Madre P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús encuentra a su madre en el camino
Lectura: Jesús encuentra a su madre en el camino. El sangra y ella tiene el espíritu traspasado por el dolor. Es un encuentro de dos corazones unidos en la misma causa. Jesús sabia que este dolor tenia que suceder, María también está comprometida con su misión la cuál es el propósito de Dios, la salvación de toda la humanidad.
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P: Señor Jesús, el amor de tu madre María fue mucho más grande que su dolor. Muchas veces, tú te acercas a mí por medio de los demás y su amor me da vida nueva. Ayúdame a percatarme de todas las veces en que tú me muestras amor por medio de los que están cerca de mí. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Simón de Cirine ayuda a Jesús a llevar la Cruz
P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Simón tomó sobre sus hombros la cruz para ayudar a nuestro salvador en la obra de la redención. Nosotros al ayudar a nuestros hermanos, también colaboramos en la obra de la redención. Cuando prestamos ayuda al prójimo en sus penas y apuros, es a Jesús a quien ayudamos a llevar su cruz. En nuestras familias, en nuestra comunidad, en nuestros trabajos, ¿estamos ayudando a los demás como Cristo nos pide?
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P: Señor Jesús, a veces me muestro indiferente a las necesidades de los que están cerca de mí. Inclusive descuido a aquellos que amo. Ayúdame a darme cuenta que la mejor forma de encontrarme en mi vida es amando a los demás. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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La Verónica limpia el rostro de Jesús
VI La Verónica limpia el rostro de Jesús P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús sangra por todas partes
Lectura: Jesús sangra por todas partes. Una mujer de entre el pueblo sale y limpia su rostro. Es una mujer piedosa y valiente que afronta la situación cueste lo que cueste. Hoy los seres humanos no quieren comprometerse con los valores más comunes de la vida humana. Y así permitimos que el mal prospere y que la injusticia triunfe; el pecado se cierne sobre el mundo y no tenemos el valor de afrontar cristianamente al mundo.
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P: Señor Jesús, a veces tengo temor de ayudar a los demás
P: Señor Jesús, a veces tengo temor de ayudar a los demás. No hago nada cuando debo actuar, y me callo cuando debo hablar. Haz que mi fe sea más fuerte y profunda. Ayúdame a confiar en que tú estás siempre a mi lado. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús cae por segunda vez
VII Jesús cae por segunda vez P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús cae otra vez. Todos los que caminamos, podemos caer
Lectura: Jesús cae otra vez. Todos los que caminamos, podemos caer. Nosotros también caemos por causa de nuestra debilidad, por nuestra fragilidad, por no saber resistir. Pero, después de alguna falla, si alguien nos da una mano, podemos volver a levantarnos. ¿Estamos dispuestos a levantar a aquellos que caen al cometer algunas faltas?
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P: Señor Jesús, a veces los fracasos y desiluciones me llevan a la desesperación. Me alejo de ti y me escondo detrás de mi orgullo y de la lástima que siento por mi mismo. Dame la esperanza que necesito y ayúdame para que nunca jamás sienta temor para comenzar de nuevo. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Perdóname, Jesús, por lo que te he ofendido
Perdóname, Jesús, por lo que te he ofendido. Al verte en esa cruz hoy siento mi descuido. De hoy en adelante mi vida va a cambiar. Mi corazón errante contigo quiere estar. Tu cuerpo ensangrentado, clavado en esa cruz, coronado de espinas, no más por darnos luz. Te miro y me estremezco, me lleno de dolor de ver lo que Tú hiciste, no más por nuestro amor.
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Dispénsame, Señor, por no haber comprendido
Dispénsame, Señor, por no haber comprendido. Dispénsame, Señor, que grande es mi descuido. De hoy en adelante mi vida va a cambiar. Mi corazón errante contigo quiere estar. Te miro y me estremezco, me lleno de emoción al ver lo que sufriste, Señor, en tu pasión. Con último suspiro nos enseñas tu amor, Jesús, cuando dijiste: "Perdónales, Señor."
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Perdóname, Jesús, perdóname, María, a tu Hijo en esa cruz es al que he ofendido. De hoy en adelante mi vida va a cambiar. Mi corazón errante contigo quiere estar. Tres horas de agonía, pasado de dolor, no más por causa mía, altísimo Señor. Me siento arrepentido al verte en esa cruz. Por haberte ofendido, perdóname, Jesús.
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Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
VIII Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús no pide compasión por él
Lectura: Jesús no pide compasión por él. De nada sirve lamentarse por los sufrimientos de los demás si no hacemos por ellos algo concreto. Cristo no se sometió a los sufrimientos para aparentar o pedir compasión. Cristo aceptó el dolor y lo amó para enseñarnos que por la cruz y el dolor se llega a la resurrección. Cristo, frente a la viuda de Naím, no se limitó sólo a decirle: “No lleres”, sino que hizo algo muy concreto por ella, devolviéndole la vida a su hijo.
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P: Señor Jesús, me maravilla la gran compasión que sientes por los demás. Me siento mezquino y egoísta cuando pienso en ti y en la forma en que nos amas. Ayúdame para que vuelque mi amor a los demás y me colmes con tu amor. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús cae por tercera vez
IX Jesús cae por tercera vez P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús cae por tercera y última vez
Lectura: Jesús cae por tercera y última vez. Cuántas veces nosotros mismos permanecemos indiferentes frente al sufrimiento de otros que están a nuestro lado, y nos escondemos por temor a comprometernos y tenderles una mano. Recordemos que lo que hacemos a nuestros hermanos, lo estamos haciendo a Dios mismo.
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P: Señor Jesús, tus fuerzas debilitadas me hacen sentir muy indefenso
P: Señor Jesús, tus fuerzas debilitadas me hacen sentir muy indefenso. Yo, sin ti, nada hago. Hazme confiar en tu fortaleza para que me de cuenta de cuánto te necesito. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús es despojado de sus vestiduras
X Jesús es despojado de sus vestiduras P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús termina de recorrer el camino que lo conduce hasta el lugar de su martirio final. Al llegar, es despojado de sus vestiduras ante la mirada angustiada e impotente de su madre, María. Jesús calla. No se queja ni se altera. Ha aceptado todo esto por amor; por amor a tí y a mí. Nosotros nos quejamos, nos alteramos y nos volvemos atrás. Jesús nos dice: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.
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P: Señor Jesús, al verte humillado tan cruelmente, me doy cuenta de cuánto me cuesta seguirte y cumplir tu voluntad. El sacrificio me asusta y lo evito. Prefiero muchas veces el apegarme a mis poseciones materiales. Ayúdame a poner la confianza en tí y no en mí seguridad. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús es clavado en la cruz
XI Jesús es clavado en la cruz P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Ha llegado el momento más doloroso de Cristo: ser clavado en la cruz. A pesar de todo el odio y el desprecio, Jesús encuentra palabras de perdón para los responsables de su muerte: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Una herencia de amor y perdón. Cristo perdona, disculpa y dona lo mejor que tiene. No hay otro camino. El que ama de verdad, sabe perdonar y disculpar. Cristo perdonó porque amó. Ese es nuestro camino si nos consideramos fieles hijos e hijas de Dios.
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P: Señor Jesús, cuando te veo crucificado, es imposible que dude de tu amor por mí. Ayúdame a ver tu cruz como la señal más grande de tu amor por mí. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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XII Jesús muere en la cruz P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Todo se ha consumado
Lectura: Todo se ha consumado. Jesús muere en la cruz para salvarnos, para quitar de nosotros la muerte eterna merecida por el pecado. Muere para reconciliarnos con Dios nuestro Padre. Ya la muerte no tiene victoria ni dominio sobre nosotros ya que Cristo murió por nuestros pecados.
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P: Señor Jesús, te doy gracias por amarme tanto, hasta el extremo de morir en una cruz. Morir como un criminal. Morir por un delito que no cometiste. Gracias por derramar tu sangre por mis pecados; gracias por dar tu cuerpo, gracias por la salvación. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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XIII Jesús es bajado de la cruz y entregado en los brazos de María Santísima P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: El cuerpo sagrado de Jesús es bajado de la cruz y entregado en los brazos de su Santísima Madre. María sufre por la muerte de su Hijo, pero lo entrega por que ella comprendía que este era el camino que Dios había escogido para él y para ella. María fué fiel a Dios siempre. Jesús fué obediente al Padre porque sabía que su misión era el salvarnos.
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P: Señor Jesús, te doy infinitas gracias por haber sido fiel a tu misión. Tú sabías cuál era el propósito de Dios para tí, el salvarnos y redimirnos. Ayúdame a encontrar el propósito tuyo para mí. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; . . .
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. A: Señor, pequé, ten misericordia de mí. C: Pecamos y nos pesa; ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
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Jesús es colocado en el sepulcro
XIV Jesús es colocado en el sepulcro P: Te alabamos , oh Cristo, y te bendecimos. C: Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.
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Lectura: Jesús no tuvo ni tan siquiera un sepulcro donde descansar
Lectura: Jesús no tuvo ni tan siquiera un sepulcro donde descansar. Necesitó de sus amigos para que le prestaran una tumba. Allí fue enterrado esperando la gloriosa resurrección, el día de la victoria. Así como Jesús, nosotros iremos a la tumba solamente a descansar, ya que él resucitó, nosotros también resucitaremos.
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P: Señor Jesús, te pido que me ayudes a creer en la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén. C: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos deje caer en tentación, y líbranos del mal. Amén
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Oración de Ofrecimiento
P: Señor Jesús, hemos llegado al final de este camino doloroso, de este Via-Crucis, el camino que tú mismo aceptastes libremente recorrer. Te vemos en la cruz con las manos y los pies traspasados por los clavos y con la cabeza coronada de espinas. Sabemos, Señor Jesús, que tu sufrimiento es el fruto de tu infinito amor por nosotros. Tú agonizas y mueres por nosotros. Haz que también nosotros te amemos mucho, para que vivamos fielmente tu pasión y muerte, y que jamás nos separemos de ti por el pecado. C: Amén
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A: En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
C: En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. A: Tú, el Dios leal, nos librarás. C: Te encomiendo mi espíritu. A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Cordero P: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, C: ten piedad de nosotros. C: danos la paz.
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Cántico de la Santísima Virgen María
A: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. C: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicilitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
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El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendecia por siempre.
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A: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
C: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
75
P: Que el Señor esté con ustedes, C: y con tu espíritu,
Bendición P: Que el Señor esté con ustedes, C: y con tu espíritu, P: Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, † Hijo, Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, C: Amén. P: El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. C: Amén
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Camino al Calvario Camino a la Salvación
El Santo Vía-Crucis Camino al Calvario Camino a la Salvación
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