CÓMO LLEGAR AL CORAZÓN DE UNA MUJER

Presentación del tema: "CÓMO LLEGAR AL CORAZÓN DE UNA MUJER"— Transcripción de la presentación:

1 CÓMO LLEGAR AL CORAZÓN DE UNA MUJER

2 Cuentan que en el pico más alto del Tibet vive el hombre más sabio del mundo. Cierta vez, un joven acudió a él para descubrir el camino al corazón de una mujer de la que se había enamorado. Cuando encontró al sabio en la cumbre de la montaña, le preguntó:

3 -Dime, Maestro de los maestros: ¿Cuál es el camino más corto, seguro y directo para llegar al corazón de una mujer ?

4 El maestro le respondió: -No hay camino seguro al corazón de una mujer, hijo mío; sólo senderos al borde de precipicios y caminos sin mapas ni brújulas, tapizados de peñascos, de arbustos espinosos y con serpientes ponzoñosas.

5 - Pero, entonces, Maestro: ¿Qué debo hacer para conquistar el corazón de mi amada ?

6 - Recuerda, amado Discípulo: Conserva en tu mente y en tu corazón las enseñanzas y los consejos que te daré... Síguelos fielmente y llegarás al corazón de la mujer que amas.

7 1. Lávate los dientes. 2. No te rasques los "güevos" frente a ella. 3
1. Lávate los dientes No te rasques los "güevos" frente a ella. 3. Regálale flores y muchos, pero muchos, presentes.

8 4. Levanta la tapa del inodoro antes de orinar y recuerda bajarla después Lávate las manos cuando salgas del baño.

9 6. No mastiques con la boca abierta. 7
6. No mastiques con la boca abierta No eructes fuerte o, mejor, no eructes jamás No seas pedorro.

10 9. No hables mal de su madre: ámala como a tu propia madre. 10
9. No hables mal de su madre: ámala como a tu propia madre No digas palabrotas Ríete siempre de sus chistes.

11 12. No la celes o, si acaso, sólo un poquito. 13
12. No la celes o, si acaso, sólo un poquito Deja que ella tenga celos de ti. Ella sí puede.

12 14. No críes barriga. Es más, nunca engordes
14. No críes barriga. Es más, nunca engordes. Ella sí puede (pero nunca se lo digas) No te demores en el baño.

13 16. No dejes la toalla tirada en el piso. 17
16. No dejes la toalla tirada en el piso No le digas que ella no sabe conducir.

14 18. No llegues tarde a casa. Sal de trabajar y vete de inmediato para tu casa No te entretengas con los amigos. O, mejor, no tengas amigos.

15 20. Ni sueñes con tener amigas. 21
20. Ni sueñes con tener amigas Nunca mires ni hables de las tetas o del culo de las amigas de ella.

16 22. No seas tacaño. Usa cuando menos dos tarjetas de crédito. 23
22. No seas tacaño. Usa cuando menos dos tarjetas de crédito No mires a otras mujeres. Es más, entiende de una vez que no existen otras mujeres.

17 24. No hables de tu ex. Nunca tuviste a nadie antes que ella. 25
24. No hables de tu ex. Nunca tuviste a nadie antes que ella Díle "Te amo", al menos 24 veces al día Aprende a cocinar.

18 27. Lava los platos y deja la cocina limpia. 28
27. Lava los platos y deja la cocina limpia Arregla la cama (siempre) Llámala desde cualquier lugar, especialmente cuando estés más ocupado.

19 30. Deja que se compre ropa, zapatos, etc. , siempre que quiera
30. Deja que se compre ropa, zapatos, etc., siempre que quiera. Es más, acompáñala a caminar durante horas eligiendo lo que quiera comprar (y sonríe mientras caminas) Deja que ella converse durante horas por teléfono y, si puedes, págale la factura del móvil.

20 32. No ronques Recuerda que no te gusta el fútbol y que odias las carreras de Fórmula I Aféitate todos los días para que no la lastimes.

21 35. No pienses solamente en sexo, pero tampoco exageres en el otro sentido; propónselo con frecuencia, aunque estés cansado o sin ganas.

22 36. Respeta cuando a ella le duela la cabeza, pero si ella te lo pide, complácela de inmediato. ¡ Ah, y no te vayas a quedar dormido inmediatamente después ! Debes mirarla a los ojos y acariciarla hasta que sea ella quien se quede plácidamente dormida.

23 37. Dile en todo momento que ella es la mujer más bella que jamás has visto.

24 El Discípulo, agobiado, se vuelve para bajar de la montaña y el Maestro le dice: - ¡Espera, hijo mío, ven, vuelve acá!

25 Y el discípulo contesta: - Nooo, Maestro
Y el discípulo contesta: - Nooo, Maestro... No hace falta que me diga más ¡Ahora entiendo por qué hay tantos MARICAS!