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Macedonio Fernández Macedonio Fernández (1874 - 1952) fue un escritor argentino, autor de novelas, cuentos, poemas, artículos periodísticos, ensayos filosóficos y textos de naturaleza inclasificable. Ha ejercido una gran influencia sobre la literatura argentina posterior.
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Macedonio FernándezMacedonio Fernández Fue ante todo un filósofo oral y un estímulo constante para quienes lo escuchaban. También como el pensador griego Sócrates, conservó siempre una parsimoniosa excentricidad tan ignorada como legendaria. Así Fernández, humorista sutil y filósofo complejo, pertenece a la leyenda de la literatura bonaerense, y su aporte explica en parte la obra de grandes como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.
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Su ObraSu Obra No toda es vigilia la de los ojos abiertos. Buenos Aires, Manuel Gleizer, 1928. Papeles de Recienvenido. Buenos Aires, Cuadernos del Plata, 1929. Una novela que comienza. Prólogo de Luis Alberto Sánchez. Santiago de Chile, Ercilla, c. 1940, port. 1941. Poemas. Prólogo de Natalicio González. México, Guarania, 1953. Museo de la Novela de la Eterna. Advertencia de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, CEAL, 1967. Museo de la novela eterna / Macedonio Fernández; edición de Fernando Rodríguez Lafuente. Cátedra, 1995. Entre otros…
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Su ObraSu Obra El carácter bohemio de Fernández impidió que este tuviera una extensa obra. Podemos decir que los títulos que el autor le da a sus obras son su mejor tarjeta de presentación. Macedonio Fernández tiene una habilidad excepcional para jugar con el lector y lograr su complicidad. Un ejemplo sería en “Museo de la Novela de la Eterna”, donde utiliza una sucesión delirante de prólogos donde conversa con el lector y le plantea cuestiones típicas de la mayeútica socrática.
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Su ObraSu Obra El sentido de la misma era crear una literatura que luchara contra la muerte, negar la fe en la lógica y el sentido común, con lo que el lector pierde la creencia en su yo finito. La superación de la realidad y el enfrentamiento de ésta con la irrealidad también será otra de las características en la obra de Macedonio Fernández a través de la digresión, el humor y el fragmentarismo.
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Fernández y la VanguardiaFernández y la Vanguardia ¿Por qué considerar la obra de Macedonio Fernández como vanguardista? Primero, es por cuestión contextual histórica: en el periodo del florecimiento de las vanguardias, sobre todo del ultraísmo en argentina, la obra de Macedonio logró ponerse en un primer plano, y porque, más allá del aspecto temporal histórico, su obra es congruente con un espíritu de vanguardia. Si bien Macedonio Fernández vivió y participó de la vanguardia en Argentina, su obra escapa de los esquemas temporales tradicionales. Ya de antes de la llegada del ultraísmo, Macedonio escribía una literatura que podríamos considerar de vanguardia; incluso, sus obras continuaron en una constante búsqueda vanguardista a pesar de la disolución de los movimientos literarios argentinos.
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Sus Aportes a la Literatura Argentina En la historiografía literaria latinoamericana, Fernández se encuentra acreditado gracias a sus aportes novelísticos. Su texto “Museo de la Novela de la Eterna” es ampliamente conocido y el más leído de todos sus escritos conocidos hasta ahora. La influencia de Macedonio fue sobre todo oral y epistolar. Se escribió largamente con William James y con Ramón Gómez de la Serna. Aparte de proponer un ejemplo de contraliteratura, basado en el desmontaje y la parodia de los grandes géneros.
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Su InfluenciaSu Influencia Escritores notorios como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar han reconocido la importancia de sus ideas, sus formulaciones sorprendentes y, sobre todo, de su ruptura con los lugares comunes y la solemnidad a través del humor.
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Influencia en BorgesInfluencia en Borges Desde que Borges regresó de Europa en 1921, Fernández fue su punto de referencia intelectual y maestro inspirador. Se reunían los sábados en la confitería La Perla del Once para discutir cuestiones metafísicas. Borges heredó esta amistad de su padre. Pero Jorge Luis reconoció siempre una gran deuda hacia Macedonio. Afirmaba haber sido un lector crédulo antes de conocerlo. Colaboró en la edición original de Papeles de Recienvenido, coleccionando y ordenando páginas dispersas y publicó en 1961 una selección de sus textos con un extenso prólogo en el que lo recuerda emotivamente.
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