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Click para avanzar Karl Brulloff.

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Presentación del tema: "Click para avanzar Karl Brulloff."— Transcripción de la presentación:

1 Click para avanzar Karl Brulloff

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4 Vasili Andrevich

5 Czachorski

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7 el olor de la tierra es otro y lo vespertino llega llorando
De la lejanía en donde el olor de la tierra es otro y lo vespertino llega llorando en forma de oscuras amapolas. Neruda Jean Radoux

8 Eugene de Blaas

9 “¿Sufre más aquel que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie?”
Neruda Richard S. Johnson

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11 Berthe Morisot

12 ¡Oh! lino, madura, que quiero tejer sábanas del lecho donde dormirá mi amante, que pronto tornará (con la primavera tiene que volver). (…) Juana de Ibarbouru

13 Frederick Childe Hassam

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16 Tú me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de nácar
Tú me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de nácar. Que sea azucena sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada (…) Alfonsina Storni

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18 (…) Quizás sea solo una idea flotando en el vacío de esta hora que anuncie el final de la ausencia y el retorno de mis versos y de tu poesía.

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20 Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra
Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, y morena... Quiéreme día, quiéreme noche... ¡Y madrugada en la ventana abierta! Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... O no me quieras! Dulce María Loinaz

21 Wilfred de Glehn

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23 (…) ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. Rubén Darío John Simmons

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25 El mar es un azar. Qué tentación echar una botella al mar Benedetti
A. Stevens

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27 Y volvía la luna, sus líneas plateadas y cada vez se rompía la sombra con un soplo de olas y cada día en el balcón del mar abre las alas, nace el fuego y todo sigue azul como mañana. Neruda

28 Rodefer de Camp

29 Lewis Reid

30 Las golondrinas que parece que vuelven no son las mismas Benedetti
Eugene de Blaas

31 Caspar David Friedrich

32 El sueño que se repite nos da ganas de soñar para saber cómo sigue Benedetti

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34 Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara en la cabecera; una constelación, la que te guste; todas son buenas, bájala un poquito. Déjame sola; oyes romper los brotes... te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que olvides... Gracias... Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido. Alfonsina Storni (Su último poema)

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36 Cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso. Volver es una forma de encontrarse y así verás que allí también te espero. Benedetti

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38 no nos podremos olvidar. Benedetti
Paso que pasas rostro que pasabas ay no me tientes que si nos tentamos no nos podremos olvidar. Benedetti Vettriano

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42 En un universo de ambigüedades ésta certeza viene una sóla vez, y nunca más, no importa cuantas vidas le toque a uno vivir”. “Ahora se que estuve yendo hacia ti, y tú hacia mí desde hace largo tiempo. Aunque ninguno de los dos percibía al otro antes de que nos conociéramos, había una especie de inconsciente certeza que cantaba alegremente bajo nuestra ignorancia, asegurando que nos reuniríamos ” “Los Puentes de Madison”

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44 En el fondo del mar hay una casa de cristal
En el fondo del mar  hay una casa de cristal.  A una avenida  de madréporas da.  Un gran pez de oro,  a las cinco,  me viene a saludar.  Me trae  un rojo ramo  de flores de coral.  Duermo en una cama  un poco más azul  que el mar.  Un pulpo  me hace guiños  a través del cristal.  En el bosque verde  que me circunda  —din don... din dan—  se balancean y cantan  las sirenas  de nácar verdemar.  Y sobre mi cabeza  arden, en el crepúsculo,  las erizadas puntas del mar. Alfonsina Storni

45 Los ojos cambian nunca la mirada. Benedetti Francine Van Hove

46 Francine Van Hove

47 “Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas, descansa. Ya verás lo que ocurre a continuación.” Clarissa Pinkola “Mujeres que corren con lobos.”

48 Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las seis. Podrías acercarte de sorpresa y decirme “¿Qué tal?”, y quedaríamos Benedetti

49 Si ya no vienes, ¿para qué te aguardo
Si ya no vienes, ¿para qué te aguardo? Y si te aguardo, di por qué no vienes, verde y lozana zarza que mantienes sin consumirte el fuego donde ardo. Antonio Gala Thierry Doukhan

50 Todo se hunde en la niebla del olvido
pero cuando la niebla se despeja el olvido está lleno de memoria Benedetti

51 Cuando tú llegues y llegarás llorando. De tan largo esperar ¿qué te diré? Y en mi angustia de amor siempre aguardando reencontrada ¿cómo te amaré? Vinicius de Morais

52 Dalí

53 Glyn Philpot

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56 No somos mas que una gota de luz, una estrella fugaz, una chispa, tan sólo, en la edad del cielo. No somos lo que quisieramos ser, solo un breve latir en un silencio antiguo con la edad del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo… No somos más que un puñado de mar, una broma de Dios, un capricho del sol del jardín del cielo. No damos pie entre tanto tic tac, entre tanto Big Bang, sólo un grano de sal en el mar del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo… Jorge Drexler

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58 Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro? Ojitos de las estrellas, prendidos en el sereno cielo, decid: desde arriba, ¿me veis bueno? Ojitos de las estrellas, de pestañitas inquietas, ¿por qué sois azules, rojos y violetas? Ojitos de la pupila curiosa y trasnochadora, ¿por qué os borra con sus rosas la aurora? Ojitos, salpicaduras de lágrimas o rocío, cuando tembláis allá arriba, ¿es de frío? Ojitos de las estrellas, fijo en una y otra os juro que me habéis de mirar siempre, siempre puro. Gabriela Mistral

59 E. López Díez

60 Italiano O mio babbino caro Mi piace è bello, bello Vo' andare in Porta Rossa a comperar l'anello! Sì, sì, ci voglio andare! e se l'amassi indarno, andrei sul Ponte Vecchio, ma per buttarmi in Arno! Mi struggo e mi tormento! O Dio, vorrei morir! Babbo, pietà, pietà! Babbo, pietà, pietà! Traducción al español Oh mi papaíto querido Me gusta, es bello, bello ¡Iré a Porta Rossa a comprar el anillo! ¡Sí, sí, allí quiero ir! ¡Y si le amase en vano, andaría sobre el Ponte Vecchio mas por tirarme al Arno! ¡Me consumo y me atormento! ¡Oh Dios, querría morir! ¡Papá, piedad, piedad! ¡Papá, piedad, piedad Canta María Callas

61 O mio babbino caro (Oh, mi querido papaíto) es un aria de la ópera Gianni Schicchi (1918) de Giacomo Puccini (música) y Giovacchino Forzano (Libreto). La canta el personaje "Lauretta" después de que las tensiones entre Schicchi y sus futuros suegros llegan a un punto de ruptura que amenaza con separarla de Rinuccio, el joven que ella ama. En la ópera representa un contraste entre la expresión de la simplicidad lírica y la fusión de los amantes en un solo corazón en medio de una atmósfera de hipocresía, celos, doble negociación y feudalismo en la Florencia medieval en la única comedia de Puccini, aportando la única pieza de situación en una obra de estilo responsivo y conversacional.


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