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Alicia Giménez Bartlett EL MUNDO DE PETRA DELICADO.

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Presentación del tema: "Alicia Giménez Bartlett EL MUNDO DE PETRA DELICADO."— Transcripción de la presentación:

1 Alicia Giménez Bartlett EL MUNDO DE PETRA DELICADO

2  Narradora española, nacida en Almansa (Albacete) en 1951. Inclinada desde su temprana juventud al conocimiento de los saberes humanísticos y el cultivo de la creación literaria, cursó estudios superiores de Filología Moderna, materia en la que obtuvo primero el grado de licenciada y, posteriormente, el de doctora especializada en Literatura Española. Su andadura profesional se inició en el ámbito de la docencia, que en 1975 la llevó a afincarse en la ciudad de Barcelona, donde simultaneó su dedicación a las aulas con sus primeras incursiones en la escritura creativa. A partir de 1992, ante el éxito alcanzado con algunas de sus novelas, abandonó la docencia para consagrarse de lleno a la creación literaria.

3  Su irrupción en el panorama de las Letras españolas del último cuarto del siglo XX tuvo lugar a mediados de los años ochenta, cuando dio a la imprenta la novela corta titulada Exit (Barcelona: Seix Barral, 1984), una opera prima que mereció los elogios unánimes de críticos y lectores. Alentada por este éxito inicial, Alicia Giménez Bartlett continuó cultivando la narrativa breve por medio de otros títulos tan destacados como Pájaros de oro (1987) y Caídos en el valle (1989), novelas cuya redacción no supuso un obstáculo para el progreso de su actividad filológica, plasmada por aquellos años en la publicación de un volumen titulado Gonzalo Torrente Ballester: premio de literatura en lengua castellana "Miguel de Cervantes" 1985 (1987).

4  En la década de los noventa, Alicia Giménez Bartlett continuó desplegando sus brillantes dotes narrativas en algunas novelas como El cuarto corazón (Barcelona: Ediciones Versal, S. A., 1991), Vida sentimental de un camionero (Barcelona: Editorial Lumen, S. A., 1993) y La última copa del verano (Barcelona: Grijalbo- Mondadori, S. A., 1995). Su celebridad fue en aumento a raíz de la creación del popular personaje de Petra Delicado, una inspectora de policía que dio pie a una notable serie de novelas centradas en el mundo del crimen. Entre los títulos más destacables de esta original serie policíaca, conviene reseñar aquí Ritos de muerte (Barcelona: Grijalbo-Mondadori, S. A., 1996), Día de perros (Barcelona: Grijalbo-Mondadori, S. A., 1997) y Muertos de papel (2000).

5  No obstante, a pesar del éxito popular alcanzado por las aventuras de misterio protagonizadas por Petra Delicado (que dieron pie a una adaptación televisiva), la obra maestra de Alicia Giménez Bartlett -hasta el momento de redactar este artículo- es una narración ajena al subgénero policíaco, con la que obtuvo el prestigioso premio "Femenino Singular" que concede la Editorial Lumen. Se trata de la novela titulada Una habitación ajena (Barcelona: Ed. Lumen, 1997), en la que ya desde el mismo título aparece anunciada la importancia de su protagonista, la escritora británica Virginia Woolf autora del celebérrimo estudio psicológico A room of one's own (Una habitación propia, 1929).

6  En esta narración profunda y reflexiva, Alicia Giménez Bartlett analiza la relación de amor y odio que unía a la escritora londinense con su criada Nelly Boxall, para poner de manifiesto la existencia de dos mundos contrapuestos que, a pesar del talante progresista de Virginia Woolf, seguían manteniendo entre ellos el abismo abierto por las diferencias de clases sociales. A través de estas bellas páginas, la escritora albaceteña demuestra que la complejidad del universo inestable y contradictorio en el que vivía inmersa Virginia Woolf no tenía nada que ver con los anhelos y las inquietudes de su criada.  En 2002 dio a la imprenta La deuda de Eva, un ensayo cuyo subtitulo -El pecado de ser feas y el deber de ser hermosas- aclara explícitamente el interés de Giménez Bartlett por abordar en el texto un repaso del canon de belleza femenina a lo largo de la historia así como una reflexión sobre los conceptos de belleza y fealdad en la sociedad capitalista actual.

7  Un caso muy interesante es el de la novela de Giménez Bartlett, Donde nadie te encuentre, (2011) en la que se relatan las peripecias de un personaje real. Naturalmente, al tratarse de un libro así, Giménez Bartlett indica ya en las primeras páginas de la novela, antes de comenzar, su fuente hacia la que muestra su agradecimiento:  Sin el libro de investigación Del monte al mito de José Calvo, nunca hubiera podido escribir la presente novela. Para él mi agradecimiento y mi amistad.  Y no conforme con eso, al terminar la novela incluirá dos textos que son fundamentales para entender su sistema de trabajo, ya que la autora no duda en mostrar su taller, partiendo de un primer texto en el que vuelve a valorar la clave común de todas estas novelas que estudiamos. El título de este texto es lo suficientemente significativo de la inquietud que aqueja a todas estas escritoras: “Ficción y realidad”.

8  Y, en efecto, en sus líneas descubre todo lo que le debe a la obra de investigación que le ha servido de base así como los personajes que inventa, y en concreto sus acciones, como es lógico. Pero ahonda aún más. Ya anuncia en estas páginas que al terminar el libro presenta otro texto en el que relata el final del personaje, desde el momento ficcional en que su novela termina, hasta la muerte del personaje real. El texto “Ficción y Realidad” es esclarecedor de su sistema de trabajo como narradora, incluso revela el significado en la novela de los dos distintos tipos de letra que distinguen a los capítulos del relato al hacer referencia al monólogo de la protagonista:  Todos los episodios que narra el personaje de La Pastora en su monólogo, pertenecen a su biografía real. Del mismo modo, los hechos de otras partes de la novela donde este interviene, son también auténticos.

9  Para mí “la realidad” ha sido el libro del periodista José Calvo: La pastora. Del monte al mito, basado en cinco años de investigaciones “de campo”, que incluye todo tipo de documentos, testimonios y entrevistas. Este precioso material ha sido imprescindible para poner en pie mis ficciones.  La nota que sigue narra cuál fue el destino real de este insólito hombre desde el año 56 (tiempo en que se localiza la acción de la historia) hasta su muerte.  Los personajes de Infante y Nourissier nunca existieron, son puramente literarios, por lo que jamás pudieron encontrarse con La pastora. (497)

10  Once páginas ocupa la “Nota final”, que supone la conclusión de la novela, aunque en realidad no es un epílogo, porque el texto ya no es de ficción y se sitúa fuera de la estructura narrativa de la novela, sino que se emplea en relatar los hechos reales del protagonista de la novela basados en las investigaciones ya citadas de José Calvo. Aunque es muy extenso, sí interesa citar aquellos extremos en los que la novelista revela eso que estamos denominando rigor documental, tales como la cronología exacta de las circunstancias que rodearon a La Pastora-Florencio a partir del 19 de septiembre de 1956 hasta el momento de su muerte, el 1 de enero de 2004, las referencias detalladas a los documentos médico-forenses que identificaron y certificaron su conformación sexual natural o los detalles de los distintos juicios militares o consejos de guerra a que fue sometido.

11  Todos estos pormenores refuerzan la condición de novela documental y el interés de su autora por mostrar a sus lectores, una vez leída la ficción, que su protagonista es un personaje de carne y hueso, por más que mil y una leyendas lo hubieran convertido en un personaje mítico, que es devuelto a la realidad por los historiadores, de los que no quiere en ningún momento desasirse la autora. Por eso la conclusión de este capítulo es tan valiosa a la hora de enfrentar realidad y ficción y al terminar evocando como verdad “la única realidad que resulta evidente” (508-509):  A su muerte, la imaginación popular, que siempre había rodeado su figura de leyendas, se disparó en la zona, pensando que había dejado algún tesoro enterrado, perteneciente a los muchos botines de sus atracos; pero, por supuesto, nada de eso pudo comprobarse.

12  En los consejos de guerra nunca pudo demostrarse de modo fehaciente que hubiera cometido alguno de los veintinueve asesinatos que se le imputaban. La gente que lo conoció afirma que era incapaz de matar, lo cual tampoco puede ser probado. Vivió solo, murió solo; esa es la única realidad que resulta evidente.  Giménez Bartlett crea una novela que tiene como base la biografía de un personaje vinculado a la leyenda de las tierras del Maestrazgo y alrededores, la bandolera-o Teresa Pla (luego Florencio Pla), conocida por La Pastora, que, en realidad, era un hombre, aunque su niñez, adolescencia y juventud las pasó como niña y mujer, aunque particularmente forzuda y hombruna, lo que le acarreó las burlas de sus convecinos. El personaje existió, así como su incorporación, ya convertido en hombre, a los maquis de la zona.

13  En esta novela confluyen personajes de la historia real, especialmente el protagonista, cuya detención recordaba la autora de canciones de su juventud, y una trama novelística bien articulada, el espacio de la ficción formado por dos personajes, un periodista barcelonés, bohemio y maldito, que acaba de publicar para La Vanguardia un reportaje sobre Teresa Pla, y un psiquiatra francés que viaja a España para intentar conocer el problema psicológico y psiquiátrico que aquejaría a Pastora.  Convienen, mediante un acuerdo económico, realizar una expedición durante tres meses por los campos del Maestrazgo con la intención de conocer a fondo y posiblemente entrevistar a la Pastora que, desde su último golpe a una de las masías de la zona, permanece escondido en las serranías desde hace ya más de dos años convertido en leyenda. Por supuesto, la novela comienza con el encuentro, septiembre de 1956, entre periodista y psiquiatra, y terminará en diciembre, cuando logren realizar la proyectada entrevista.

14  Son dos las partes en que se estructura la novela, la de la realidad y la de la ficción, e incluso la autora va suministrando en páginas intercaladas, en otro tipo de letra, la relación, por boca de la Pastora, de toda su vida, desde su infancia hasta su huida al monte, después del último golpe que, cuando ya el maquis se ha extinguido y Teresa Florencio con otro maqui convertido en bandido, Francisco, perpetran en el que el compañero muere, dejándola ya sola en su huida interminable y al tiempo que se convierte en un mito, en una leyenda.  Estas páginas de confesión autobiográfica de la Pastora para R. Senabre “constituyen lo más valioso de la narración, incluso por el cuidado estilístico en la reproducción del habla oral”. Criterio en el que coincide J. Ernesto Ayala-Dip, muy severo en cuanto a la diferencia de calidad y de interés de ambos relatos, que a José María Pozuelo Yvancos le parecen también dos líneas paralelas que jamás llegan a encontrarse. Pero el crítico de Babelia es aún más incisivo y disconforme con el invento de la novelista:

15  La primera historia es la real. La segunda es ficticia. Y es aquí, en esta segunda historia, donde el libro de Giménez Bartlett pierde todo el crédito que se gana en la primera. En el relato del guerrillero, se construye una voz convincente, llena de buena literatura. En el relato de tintes detectivescos que Giménez Bartlett se obliga a intercalar, apenas nos interesa su pericia. Y nos interesa muy poco por dos motivos: primero porque como relato en sí pierde credibilidad en su último capítulo, además de redundar en los caracteres habituales de la novela negra tradicional; y segundo porque no agrega nada sustancial a lo que de verdadera peripecia humana y ética tiene la historia contada por el propio guerrillero. Debió la autora sacrificar una de sus dos almas. Y más que nunca en una novela, que por su tema y argumento, solo necesitaba que destacara la más literaria de las dos.

16  Pero lo cierto es que, aunque GB, al optar por este tipo de estructura bipartita, corre el riesgo de desarticular la unidad de la novela con la presencia de estas dos historias y estructuras paralelas, no sucede así, porque el lector va conociendo, al tiempo que se producen los progresos que van obteniendo los investigadores, el desarrollo de toda la vida y obras de la Pastora.  Próximos al final, ambas historias se funden en el momento en que se produce el anhelado encuentro del periodista y psiquiatra con la Pastora, y la ansiada entrevista, que se hace en un escondido espacio de la sierra y que la autora trata con realismo e intencionada verosimilitud al llegar a señalar que Pastora casi queda afónico tras el extenso relato de su vida.

17  Si esta es la trama principal de la novela tan interesante y bien construida y ordenada, no lo es menos toda la ambientación política de la novela. La España, la Barcelona de 1956, se muestra como un lugar extraño y confuso en el que todos se sienten perseguidos por la policía. De hecho, la presencia del extranjero, suscita recelos que se irán confirmando a lo largo de la novela con los correspondientes encuentros con la Guardia Civil, para quienes la Pastora es el objetivo número uno. Las artimañas policiales para obtener información de los dos viajeros y los engaños, las trampas estarán al orden del día y dotarán a la novela de un componente añadido de intriga policíaca negra, en la que los personajes, como finalmente se advertirá, no son lo que son, y las intenciones y circunstancias no se corresponderán con una realidad digna y noble.

18  En todo caso, la peor parte se la lleva la propia Guardia Civil, aunque otros personajes también tendrán sorpresas, por lo que la novela lleva implícita una clara intención política de censura de los manejos de la fuerza pública, incoherentes y en todo caso inapropiados para capturar a Pastora, que, desde la perspectiva de la autora, y en teoría de los dos viajeros investigadores, representa el lado bueno de la trama, como se advierte en el epílogo histórico que GB integra, antes de terminar el libro con una documentación exhaustiva y epilogal sobre el forajido.  Senabre denunció algunos desajustes a la hora de crear esa ambientación política de España que merecen ser recordados: lo señala en su reseña temprana de la obra al advertir las carencias literarias del personaje representado por el maestro, un tanto excesivas, aunque políticamente adecuadas al panorama que a la novelista le interesa reconstruir:  Y algunos rasgos que podemos considerar caracterizadores de época presentan numerosos desajustes. En los años 50, un maestro aduce que, por razones políticas, no puede mencionar a García Lorca ni Antonio Machado en sus clases; pero desde varios años antes había ediciones españolas de ambos autores: dos antologías lorquianas (de Taxonera y Entrambasaguas), las ediciones de Machado de Ridruejo y Sáinz de Robles y la conjunta de Antonio y Manuel en un volumen de pretendidas obras completas.

19  Son espléndidos los ambientes conseguidos en los distintos pueblos rurales, perdidos en el Maestrazgo, que los dos investigadores recorrerán en una furgoneta de aquellos tiempos, una “rubia” del más puro estilo de la época, como lo son los distintos personajes encontrados y entrevistados en busca de datos, un médico, un juez, un maestro, criaturas muy sórdidas como se demostrará al final, con un añadido componente de intriga sobre la entidad de cada uno de los personajes, incluidos los dos investigadores que irán descubriendo secretos que han de ir manteniendo la atención hasta el final.  Porque una de las cualidades de la novela es su excelente capacidad de ambientación y de creación de personajes, diversos y retorcidos, incluidos los mandos de la Guardia Civil.

20  GB dedica un espacio final de carácter histórico, en el que no solo muestra con el correspondiente agradecimiento su principal fuente bibliográfica, una biografía de la maqui bandolera, sino también la reconstrucción, ya con todo detalle histórico, de los años posteriores de la bandolera hasta su muerte, tras pasar largos años en prisión, conmutada su inicial pensa de muerte en un consejo de guerra, de acuerdo con las leyes franquistas represoras de lo que se denominaba bandidaje y terrorismo. Reconstrucción histórica que devuelve la versión más real de un personaje que antes se nos había suministrado en ficción. Por supuesto, la novelista también descubre en estas últimas páginas su taller literario, los personajes inventados y los reales. Justifica todos los elementos de su novela. Todos estos documentos nos permiten realizar un análisis del concepto que la autora tiene del enfrentamiento entre realidad y ficción, entre lo histórico y lo inventado, ya que si nos hallamos ante un personaje histórico como protagonista, perfectamente documentado, no es menos cierto que lo que se teje en torno a su personalidad es todo un complejo ente de ficción, desde luego acentuada en la parte de la novela que muestra la historia inventada de los investigadores, pero también cuenta con importantes dotes de ficción el supuesto relato autobiográfico intercalado.

21  Lo más interesante es la vinculación un tanto personal de toda la historia a la propia novelista y a sus memorias infantiles, situadas en aquella España lejana y prendidas al recuerdo de una canción de tipo tradicional, una copla popular, que confirmaba la realidad de que en las tierras del Maestrazgo Florencio Teresa había adquirido la consideración de mito, en una extraña confluencia de mito y realidad en una España irredenta, con unos personajes principales antagónicos, que acabarán fundiéndose por asimilación. Porque periodista descreído y cínico y psiquiatra idealista y perfecto, acabarán trasmitiéndose virtudes y vicios, que transformarán aspectos de su propia existencia, e intercambiarán sentimientos a cuya mezcla contribuye de manera decisiva el ambiente sórdido de la España de los 50, rural, profunda, violenta y clandestina.

22  El recurso a elementos constitutivos de la novela policiaca, sobre todo el mecanismo de la indagación como motor narrativo o el personaje del investigador como catalizador de ésta, no se puede considerar como una innovación de la narrativa española actual. Sin embargo, la ficción policiaca es de aclimatación reciente y su historia no hunde sus raíces mucho más allá del siglo XX. Su edad de oro coincide más o menos con la transición democrática, en la que funciona como instrumento para explorar el subsuelo de la sociedad nacida de la época franquista. Señala Santos Sanz Villanueva que en el periodo considerado “son muchas las obras que plantean su tema por medio de una investigación o del esclarecimiento de una trama de intriga, hasta el punto de convertirse este procedimiento en una especie de característica de la época”. De todos modos, en el caso de Petra y GB, existe un claro paralelismo entre Petra Delicado y su creadora. “Las dos somos irónicas, tenemos el sentido del humor y un carácter contradictorio, pero ella es mucho más valiente y liga más que yo.” También declara sobre la creación de su personaje, “Quería un personaje que fuera mujer y que tuviera protagonismo.

23  Porque la mujer en la novela negra o es la víctima, que aparece muerta en la primera página, o es la ayudante de alguien”. La novela de detectives es el marco idóneo para el desarrollo de las características arquetípicas de las mujeres, no en cuanto que entes pasivos y angelicales o malvadas espías dobles o femmes fatales, sino en su faceta de mujeres “normales” y corrientes. Tradicionalmente, las mujeres han sido culpadas de curiosidad morbosa, atentas a los movimientos del vecindario e interesadas en la vida de los demás; a la vez, se desea que sean silenciosas y que mantengan su capacidad de organización sin perder la calma en situación de confinamientos prolongados, bien sea por el hecho físico de la maternidad, bien porque las prácticas culturales del momento exijan que no se las vea fuera de la casa familiar con más frecuencia de la exigida por la compra diaria y el cuidado de los hijos.

24  Paciencia, quietud y curiosidad unidas constituyen la base de la perfecta detective, capaz de observar durante el tiempo necesario y en las circunstancias más adversas a quienes se considera sospechosos. Por estas razones, y dado el desarrollo de la historia de las mujeres en la sociedad inglesa, que es donde surgieron las primeras detectives literarias, no debe sorprendernos que éstas hayan nacido prácticamente a la vez que el género policiaco. Tampoco es de extrañar que la novela de detectives se haya convertido en la lectura favorita del mundo occidental contemporáneo. Es un tipo de literatura que entretiene, mantiene en todo momento el interés por la lectura, ejercita la mente y arroja luz sobre aspectos de la sociedad que trata; de esta manera cumple los dos preceptos clásicos de la literatura: instruir y divertir.

25  En las últimas décadas del siglo XX, aparecen en la literatura policiaca las diferencias sexuales y étnicas, ampliando así las posibilidades temáticas del género y multiplicando su aspecto social a la par que el geográfico. Más aun, la novela de detectives da por asumido que la política y las leyes son un todo establecido que hay que defender y al que se hay que ajustarse, asimismo, acepta como verdad universal que el orden patriarcal es la norma de la sociedad, convirtiéndose así en lectura canónica al gusto también de los varones. Con estas premisas, la definición más elemental de la novela de detectives podría bien ser “el descubrimiento, por parte de un investigador profesional o amateur, de cómo, por qué y quién cometió un crimen” (Shaw 1984: 118).

26  Este tipo de novelas suele presentar un grupo razonable de personas sospechosas, a menudo reunidas en un mismo entorno, como en las obras de Agatha Christie, mientras que la sospecha va recayendo en una u otra a través de la investigación, en un juego literario muy gratificante admitido por escritor/a y lectores. Hay también en las novelas diferentes testigos, cada uno con su versión “mediatizada por sus emociones, creencias o prejuicios” (Shaw 1984: 121). Esto confiere interés a la trama y, a la vez, traza retratos psicológicos de la sociedad, aunque no debemos perder de vista que lo que pretende la novela de detectives es “estimular el intelecto, no despertar las emociones de quien lee” (Shaw 1984: 126).

27  Patricia Shaw resume magistralmente los elementos estructurales de este género:  La novela de detectives debe reflejar los progresos de quien investiga, las claves que va descubriendo, los testimonios que recoge, las impresiones que le dejan testigos y personas sospechosas, los hechos que descubre del pasado y de las circunstancias que pudieron llevar al crimen y cómo va resolviendo sus elucidaciones y las verificaciones de éstas. (Shaw 1984: 129)

28  Porque otro punto importante de la novela de detectives es que se trata de una novela en presente: el presente en que se lleva a cabo la investigación. No obstante, como pone de relieve la crítica Birgitta Berglund, “si el detective clásico presentaba las características de un héroe: fuerte, inteligente, de decisiones rápidas, un caballero andante en lucha con el mal… ¿cómo iban las mujeres a conjugar este ideal con el tradicional código femenino e inscribir una detective creíble?” (Berglund 2000: 139). Lo cierto es que lo consiguieron, en parte debido a que en las últimas décadas del siglo XIX había surgido en Inglaterra la “New Woman”, concepto que se aplica a aquellas mujeres que se oponen a las normas victorianas de feminidad.

29  El paulatino acceso de las mujeres a la universidad, su entrada oficial en la abogacía, que en el Reino Unido se consiguió en 1919, y la experiencia política adquirida en la lucha en la calle y en el estrado durante el movimiento sufragista propiciaron la normalización de las mujeres detectives, al menos en la literatura. Hasta llegar a la conocidísima Miss Jane Marple, detective de Agatha Christie, “nacida” en 1930, tenemos en la literatura inglesa una amplia nómina de “detectivas”. A partir de Christie, la novela policiaca no dejó de fluir y desarrollarse, y, con ella, un público lector muy numeroso y entendido. Curiosamente, desde este momento y considerando pioneras a las muchas autoras del género y a las detectives precedentes, las obras pueden agruparse, cronológicamente, en las tres fases (femenina, feminista y female) que postula Elaine Showalter en su libro A Literature of Their Own (1977) para organizar el devenir de la cada vez más abundante literatura escrita por mujeres.

30  En la fase femenina, se encuentra la Christie con Miss Marple. Se trata de mujeres que llevan a cabo la detección desde casa, no salen a buscar pruebas, sólo recogen aquellas que se cruzan en su camino y desentrañan el misterio por deducción lógica, en lo que Freeman Wills Croft denomina “una exhibición de gimnasia mental”. Son entrometidas e ingenuas y no trabajan por dinero sino por amistad o curiosidad: “Trabajan en entornos amables, en ambientes ajenos al crimen, donde casi nadie se inmuta ante la investigación excepto el asesino, por contraposición a las novelas en que las detectives son profesionales y todos los personajes parecen tener algo que ocultar” (Suárez Lafuente 1994: 71). Así que Miss Marple resuelve los casos desde el sillón de su casa, mientras hace ganchillo “para aprovechar el tiempo”, y lo hace aplicando la analogía, es decir, comparando su restringida experiencia social con las posibles motivaciones de los asesinos.

31  A la vez, enseña a sus lectoras las bondades de una vida discreta y retirada, y la admiración que una mujer “de su casa” puede llegar a despertar. Cuando las detectives se profesionalizan podemos hablar ya de la fase feminista. Es el caso de P.D. James y su Cornelia Gray. Las detectives no tienen cargas familiares, ni amigos íntimos, pueden arrostrar cualquier peligro sin más consideración que la autopreservación; llevan pistola, si bien únicamente para impresionar, ya que casi nunca hacen uso de ella, viven en una sola habitación, lo que les permite, con una simple ojeada, tener la certeza de que no hay intrusos en casa, y pueden sobrevivir en un coche el tiempo que sea necesario. Tienen paciencia para escuchar y decisión para actuar y se mueven por normas y preceptos heredados de personas que admiraban. Además, defienden su derecho a ser detectives.

32  En efecto, Cornelia Gray ante las perplejidades que presenta un profesor de Cambridge, replica: “En absoluto, este es un trabajo totalmente apropiado para una mujer, ya que requiere una curiosidad infinita, gran capacidad de sufrimiento y una tendencia natural a meterse en la vida de los demás” (1989: 39). La fase female, palabra de difícil traducción al español, la protagonizan una serie de mujeres, de cierta relevancia social, que tienen plena conciencia de su importancia, luchan por mejorar la situación del resto de las congéneres de su entorno y no reconocen fronteras a su curiosidad ni a su actancia (agency). Son novelas que incorporan a sus tramas el elemento étnico, regional, de clase social y de género, y que hablan también, explícitamente, del deseo sexual de las mujeres.

33  A este grupo pertenece Petra Delicado; así, en El silencio de los claustros, en un diálogo entre la inspectora y su subalterno, Fermín Garzón, leemos:   ‒ ¡Ay, inspectora, cómo se nota que es usted de una generación privilegiada!  ‒ No sé qué coño tiene que ver mi generación con esto.  ‒ Pues todo. Usted ya pertenece a la España de las consecuciones absolutas. Tienen ustedes un objetivo importante, luchan por él, lo logran y entonces todo tiene que ser redondo y perfecto. Pero yo soy más viejo que usted, soy de la España de las mejoras. En mi época no había objetivos, lo único a lo que nos atrevíamos a aspirar era a mejorar un poquito: que te aumentaran el sueldo, que tu hijo pudiera estudiar, poder veranear en la playa... (p. 99).

34  Petra Delicado cumple, con su nombre emblemático, con dos preceptos importantes para las detectives: ser dura como la piedra con los criminales y delicada y amable con víctimas y sospechosos; es decir, el viejo refrán de la mano de hierro en guante de seda y, además, es consciente de ello, como nos revela, nuevamente hablando con Garzón, en El silencio de los claustros:  ‒ Es usted dura como una piedra.  ‒ Mi nombre me predestina, Garzón. ¿Dónde está el loquero?

35  Si bien, la propia autora justifica que, según la teoría detectivesca, “cuando las aguas están estancadas es necesario removerlas para que afloren cosas a la superficie” (Serpientes en el paraíso, 2002), lo que implica dejar momentáneamente la delicadeza a un lado. Delicado es mesurada y resolutiva, de mediana edad y con una amplia experiencia en cuestión de amores, lo que la hace más fuerte a la hora de concentrarse en la resolución de los crímenes, como dijo Dorothy Sayers: “Cuanto menos amor haya en una historia policiaca mejor, así el detective no pierde el tiempo haciendo el tonto detrás de las jovencitas cuando lo que debiera hacer es ocupar su mente únicamente en el trabajo de detección” (1928: 104).

36  Las autoras españolas han dejado frases que explican el sentido de la novela policiaca. Para Maruja Torres, representa, fundamentalmente, “al reporterismo periodístico”, y, siendo ella misma periodista, al igual que su personaje Diana Dial, no le costó muchas lágrimas escribir su primera novela policiaca, Fácil de matar (2011). Carmen Posadas, en referencia, también a su primera novela policiaca, Invitación a un asesinato (2010), compara su escritura a hacer “un encaje de bolillos”. La novela de “detectivas” ha sido considerada, en general, como un paso importante en el desarrollo de la “novela psicológica criminal” (Arvas 2007: 3). Quizás esto tenga que ver con una de las características desarrolladas por las mujeres a través de los tiempos: la ahora llamada “inteligencia emocional”. Las mujeres han estado secularmente encerradas en sus casas, de lo que es un buen ejemplo el “ángel del hogar” victoriano, y han de conformarse con la observación discretísima, como bien ejemplifica Carmen Martín Gaite en su novela Entre visillos (1957), y en su estudio Desde la ventana (1987).

37  Es decir, han de ver sin ser vistas y han de procesar sus hallazgos sin hacerlos públicos. Desde el escondite de los visillos aprenden a deducir, a leer entre líneas, a interpretar gestos faciales, miradas y pasos lentos o apresurados, a medir tiempos, a contar intervalos… Igualmente, aprenden a mantener esa “cara de póker” que les permite ocultar lo que sus mentes cavilan, pues entienden que el saber da poder, pero que éste es más útil si nadie sabe que lo posees. Se trata, por tanto, de un saber autodidacta, impuesto por las situaciones socio-históricas, transmitido de madres a hijas, de mujer a mujer, para la propia defensa vital contra el tedio, contra el abuso, contra la imposición patriarcal; esta actitud ha sido desarrollada hasta tal punto que puede hacer pensar a algunos que es parte de nuestro código genético. Pero no, es un saber aprendido, forzado por las circunstancias, que desearíamos no haber tenido que interiorizar.

38  En Ritos de muerte (Grijalbo, 1996), la inspectora Delicado, “joya intelectual” (p. 13)del comisariado, destinada en el Servicio de Documentación, tiene que enfrentarse con una investigación criminal que de alguna manera la sobrepasa: aclarar la violación de una chica de diecisiete años. Menos mal que lo hace con la ayuda del subinspector Garzón, recién llegado pero hombre de mucha experiencia. La inspectora y su adjunto entablan una relación compleja hecha de estima profesional y de cariño entre amistoso y filial. Demuestran la culpabilidad de un chico, del que no pueden sin embargo evitar la muerte: lo mata su novia, de hecho su propia hermanastra, cuyo perfil psicológico está determinado por el abandono que sufrió cuando niña, y por el imperio que ejerce sobre ella su madre adoptiva. Se ve cuán notable es el peso de los afectos en esta aventura, primero a nivel de las relaciones entre protagonistas, y sobre todo a nivel de la determinación de las culpabilidades criminales.

39  Las cosas son todavía más claras en el segundo episodio de la serie, Día de perros (Plaza & Janés, 1997): la investigación llevada a cabo por el binomio policial revela un tráfico de animales robados, en el marco del cual se organizan combates clandestinos de perros de defensa. Ahora bien, más que la intriga propiamente policíaca, lo que importa es el embrollo afectivo al que da pie entre algunos de los personajes implicados y los dos protagonistas. Así es como Garzón se enamora de una mujer, domadora de perros, con la que hasta proyecta casarse. Ella muere asesinada, y la investigación establece que era una de las culpables del tráfico de perros. O sea que, paralelamente a la anécdota policíaca, se desarrolla una profusa historia personal pero, al contrario de los cánones genéricos, esta historia, lejos de cualificar al investigador en sus funciones, cobra paulatinamente unas invasoras proporciones, hasta interferir con la trama policíaca y desestabilizar al investigador y a la investigación.

40 . Es de subrayar, por otra parte, que dicha investigación afecta un elemento periférico, un epifenómeno del funcionamiento social: la proliferación de los perros de raza no se analiza en ningún momento como síntoma de algún malestar de la sociedad. Es más, se contempla el individuo animal con una mirada más bien tierna, casi de la misma naturaleza que la que se dedica al ser humano. Y después de que Garzón mate al animal que había provocado la muerte de su amada, el relato se actualiza (frases nominales, verbo en tiempo presente) en un asombroso comentario de inspiración eudemonista en el que animales y humanos se ponen en el mismo plano: “Una muerte más. Un corazón que deja de latir. Una muerte más. Hombres y perros y mujeres y perros. Todos seres indefensos en la noche” (Giménez-Bartlett 1997: 333).

41  Predomina pues una mirada humanista, que privilegia la perspectiva psicológica y posterga cualquier acercamiento de tipo socio-histórico. Las verdades de corte gnómico así asestadas son de las que pueden granjearse la adhesión de una silenciosa mayoría; baste evocar los comentarios sobre la condición femenina mediante los cuales Petra recalca su propia singularidad, o bien las reflexiones acerca de la omnipresencia y omnipotencia de los medios de comunicación. En este último caso, la prensa no se examina como institución, sino que se denuncia en tanto que medio permisivo que favorece los excesos de algunos individuos abusivos.

42  La propia autora no encuentra explicación para el evidente éxito de su Inspectora a falta de datos sobre quién lee sus novelas (hombres o mujeres). Tampoco encuentra explicación para el interés de otros países en conocer su obra, ya traducida a seis idiomas que ella considera de interés meramente local. Lo cierto es que GB aporta una indudable profesionalidad, una notable calidad narrativa y la gran novedad de la presencia femenina que no feminista de Delicado. Su éxito es aún más notable por ocurrir en un momento definido como comprometido para la continuidad de la novela de crímenes, negra o novela de detección en España.

43  La elección de una investigadora femenina es en sí un comentario sobre un tema social tan candente como la situación de la mujer, sin mencionar el cambio en la popularidad de la policía desde la Transición. Según P. Hart, el único precedente de detective femenina en España sería la novela de L. Ortiz, Picadura Mortal, escrita por encargo de Carlos Pascual para su editorial especializada en novela de detección. Pascual quiso introducir a la mujer detective en el entorno novelístico español por pura búsqueda de la novedad. Sea porque la novela de Ortiz es mediocre, porque las traducciones del inglés suplieron la demanda de este tipo de novela, o porque la detective Bárbara Arenas es una heroína muy cuestionable, parece no haber habido otras mujeres detectives o policías en España hasta Petra.

44  Aparte del interés de la trama, siempre narrada con diligencia, la serie Petra se basa en dos ejes básicos: la personalidad de Petra y su relación con su compañero/escudero, el Subinspector Garzón. El mismo nombre Petra Delicado indica que puede ser pétrea como delicada, según se lo dicte su conciencia. Narradas en primera persona, las novelas llevan al lector a intimar con las filias y las fobias de la protagonista, no siempre simpática para el lector. Petra se define por su ironía, escepticismo, gusto por la soledad, discreto profesionalismo y excepcionalidad en un mundo de hombres. Cuarentona, dos veces divorciada, culta, ex niña bien llegada a su tercer matrimonio, a Petra le faltan muchas cualidades para ser una heroína, sobre todo feminista: más sensibilidad social y personal, más ambición profesional, más militancia.

45  Como ella misma reconoce a Garzón, “tenga una cosa clara: no soy feminista. Si lo fuera no trabajaría como policía, ni viviría aún en este país, ni me hubiera casado dos veces, ni siquiera saldría a la calle, físese lo que le digo” (ahora va por el tercer matrimonio). La relación con Garzón es el eje principal de las novelas. GB es original al emparejar a una mujer con un bragado policía de provincias recién instalado en Barcelona y a punto de jubilarse: “Éramos ridículos, inútiles, patéticos: el gordo Subinspector y la cuarentona que reivindicaba los derechos de la mujer. ¡Un cuadro bufonesco!”.  El personaje del subinspector sirve para subrayar el contraste entre ellos. Si ella se presenta como una mujer independiente, moderna y libre, él es un hombre tradicional a quien le cuesta trabajar bajo las órdenes de una mujer; además tiene ideas muy estereotipadas sobre lo que significa ser mujer. Le dice a Petra Delicado:

46  Yo a la mujer la tengo considerada en lo más alto, literalmente la subo a un pedestal. Creo que es un ser maravilloso, lleno de espiritualidad, bello y perfecto como una flor.  A lo que Petra contesta:  en el fondo, las flores no son más que material fungible, que de los pedestales puede caerse uno con facilidad y que los espíritus se caracterizan por ser etéreos y, por lo tanto, ni cuentan ni ocupan lugar.

47  Al principio los dos chocan también en los métodos que emplean en el trabajo. Petra usa un lenguaje vulgar y recurre sin reparos a tacos mientras que su ayudante es muy cuidadoso en el uso de vocabulario y se siente incómodo ante su comportamiento.inusual. con los criminales. Tiene una idea convencional de los métodos que debería emplear una mujer policía:  Sólo que le resultaba intolerable que esos mismos métodos los empleara yo. Se espera otra cosa de una mujer. Comprensiva con los débiles, solidaria con su sexo, recatada en la expresión, lamentando que en el mundo exista tanta maldad.  Poco a poco los dos llegan a tener una relación de amistad aunque juegan a la lucha de los sexos a lo largo de la serie. Petra también está muy consciente de su condición femenina en un espacio fuertemente machista por lo cual aboga a favor del poder en manos femeninas que puede crear una sociedad diferente:

48  El marco ya estaba creado: prejuicios, convencionalismos. para darle la vuelta a la escena sólo se necesitaba un poco de poder. Y ésa solía ser la parte que fallaba, la pizca de poder en manos femeninas. Pero yo ahora lo tenía, y si bien hasta el momento no había sido más que un instrumento que no sabía tocar, a partir de aquel día empecé a interesarme por descifrar la partitura e incluso me planteé la posibilidad de sacarle registros desconocidos al arpa, que tañida con sabiduría, podía llegar a emitir sonidos fastuosos.  En más de una ocasión Petra Delicado resiste los comentarios que refuerzan el estereotipo de ser distinta. u.original.. Quisiera dar un ejemplo de la sexta novela de la serie, Un barco cargado de arroz, cuando ella conoce a una joven de la Guardia Urbana, Yolanda, con la que tiene la siguiente conversación:

49  ¡Vaya, la famosa inspectora Petra Delicado! Me quedé de una pieza, la observé con reticencia, intentando averiguar si había utilizado la ironía en aquella exclamación. ¿Famosa, por qué? Bueno, ya sabe cómo son esas cosas, se corre la voz. ¿Y qué dice esa voz de mí? No sé, dicen que es usted muy original, que a veces no se comporta como sus compañeros ni habla igual que ellos.  Aquello era lo peor que podría haberme dicho. Aspiraba a no tener ningún tipo de reputación entre mis compañeros, ni buena ni mala, pero si encima me catalogaban de original, la cosa se complicaba. Uno exclama «¡qué original!» frente a un cuadro que considera en realidad espantoso, o en presencia de algo que no entiende del todo. Bien, lo único que cabía hacer era procurar no volver a oír nada de lo que se comentara sobre mí.

50  Lo que empieza como relación de desconfianza y prejuicios mutuos pronto se consolida como complicidad. Como no podía ser de otra manera en una novela española hasta la médula, el cariño y respeto mutuo se manifiestan a través de la sorna y el cachondeo que reina en las conversaciones entre los dos, punteadas por el tratamiento de “usted” que Garzón exige de su jefa. Petra confiesa: “Me gustaba tocarle un poco las narices de vez en cuando. De lo contrario, habríamos encontrado un punto de entendimiento tan bueno que no discutiríamos jamás y se habría aburrido. Además él me lo consentía y eso me gustaba muchísimo. No hay mayor éxito de seducción para una mujer que cualquier hombre, ya sea padre, amigo, marido o compañero, aguante sus ironías e incluso encuentre en ellas un cierto placer”.

51  Este sentido del humor mantiene una relación con la parodia del género policiaco implícita en la serie Delicado. Lo cierto es que la serie Delicado tiene abundantes elementos satíricos y paródicos que traslucen la genérica incapacidad del español medio para tomarse las cosas con absoluta seriedad. La parodia tiene tanto que ver con la condición femenina de Petra como con la masculina de Garzón y con la de ambos dentro del Cuerpo Nacional de Policía, visto como un lejano remedo del inalcanzable profesionalismo yanqui. Petra y Garzón reciben su primer caso, porque el inspector al cargo ha sufrido un accidente de esquí. Sobran los comentarios. La tercera novela, quizá la más abiertamente paródica, trata sobre una víctima de una secta rusa de auto- castradores que llama la atención de Petra a base de enviarle penes seccionados. En esta novela en la que el pobre Garzón sufre lo indecible, vemos a Petra conservar uno de esos penes como trofeo e incluso completar un coito con un guapo inspector de policía ruso en la tumba de Lenin. En otros episodios genitales, Petra desenmascara a un falso culpable a base de obligarle a bajarse los calzoncillos o, pistola en mano, literalmente acojona a un confidente.

52  Las referencias genitales sin duda remiten a la ansiedad de la protagonista en un mundo en el que se le exige que se comporte como un hombre y al tiempo no se le permite por ser mujer. Esta disociación es la que origina la mayoría de bromas en la serie. El sentido del humor de Petra es un mecanismo de defensa ante un entorno policial poco generoso con sus dotes. La posición de Petra es ambigua. Su llegada al cuerpo de policía es tardía, después de una etapa de catorce años como abogada en el bufete de su primer marido. Delicado se zambulle en un cambio radical al huir de ese matrimonio. Petra explica: “Si había acabado haciéndome policía, era para luchar contra la reflexión que solía inundarme frente a todo. Acción. Sólo pensamientos prácticos en horas de trabajo, inducción, deducción, pero siempre al servicio de la materia delictiva, nunca más ensimismadas meditaciones íntimas en la barra de un bar”.

53  De acción ve muy poca desde su puesto de casi bibliotecaria. A Petra se le asigna algún que otro caso de poca monta, pero “A pesar de todo, no me desesperaba ni acudía ante mis superiores a implorar. Pensaba que, pasase lo que pasase, alguna vez se producirían al mismo tiempo mi entrada en el servicio activo y mi prestigio, por un destino inevitable. De cualquier manera, también creía que una mujer no puede dedicarse a lloriquear en su puesto de trabajo sin provocar una reacción fatal”. Los casos que se le asignan de tanto en tanto, siempre que nadie más está disponible, no significan ni de lejos su consolidación profesional. Lo cierto es que Petra no es tratada con hostilidad. Lo que más la frustra es esa característica tan específica del machismo español: la caballerosidad. Ante la disyuntiva de enviarla a enfrentarse con lo peor de la escoria humana o protegerla de la inmundicia como hombres de honor, tanto su superior Coronas como Garzón prefieren encargarle las tareas menos desagradables.

54  Al mismo tiempo, tiene los problemas típicos que asedian a toda mujer en el mundo profesional; nadie comprende las razones por las que decide dejar su profesión.distinguida. de abogada para ser policía; una vez está en el cuerpo policial le asignan al Centro de Documentación por ser un trabajo.apropiado. para una mujer; y le encargan su primer caso de investigación simplemente porque no hay nadie más en ese momento. Sus compañeros y su jefe la describen como «una joya intelectual», que le saca de quicio pero no puede hacer más que aguantar esos comentarios burdos de sus colegas machistas.

55  De hecho, pese a mi brillante formación como abogada y mis estudios policiales en la Academia, nunca se me habían encargado casos de relumbrón. Estaba considerada «una intelectual»; además era mujer y sólo me faltaba la etnia negra o gitana para completar el cuadro de marginalidad. Desde el principio fui destinada al Departamento de Documentación, donde me ocupé de temas generales; archivos, publicaciones y biblioteca, lo cual acabó por fijarme un estatus meramente teórico en la consideración de los compañeros

56  Esto hace que Petra reaccione a la brava en situaciones que no llaman a tanta acción, sobre todo en los interrogatorios. En uno de ellos acaba seccionando el pene de un cadáver para demostrarle a una impasible sospechosa que ella es más dura. La parodia, por supuesto, está tan implícita en este gesto como la frustración profesional que, por ota parte, es moderada. En la primera novela Petra deja que otro policía se lleve los laureles del caso ante la prensa para enfado de Garzón y, aunque en la tercera sacrifica una Navidad para buscar una pista, en la cuarta se niega a romper ni siquiera su descanso dominical por cuestiones profesionales. Petra ejemplifica la integración real de las mujeres españolas en el mundo masculino del trabajo y a la vez su desencanto con este mundo que les permite realizarse sólo de manera parcial y que no es capaz de compatibilizar lo profesional y lo personal. Los problemas de Petra son similares a los de colegas angloamericanas, pero las soluciones que GB ofrece, los compromisos con los colegas masculinos y el compromiso de Petra con ella misma, revelan significativos rasgos del entorno español.

57  Sobre todo, el importante peso de los códigos de honor masculino que han sido los que le han permitido a la mujer española entrar en el mundo del trabajo y los que no le permiten pasar del famoso techo de cristal. la serie policiaca protagonizada por la detective Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón se desenvuelve en un contexto social, religioso, político y laboral donde aún impera el orden patriarcal y su jerarquización masculinizada de la autoridad. Dentro de este contexto, el tratamiento que Alicia Giménez Bartlett propone de sus personajes permite identificar en su narrativa algunos de los elementos que, según Margaret E.W. Jones, han sido catalogados por la crítica como distintivos de la voz femenina. Teniendo en cuenta las dos características que resalta Rutledge en su estudio, es decir, la presencia de una protagonista mujer y la serialización de la obra, no es de sorprender que, al revisar la bibliografía analítica disponible sobre Alicia Giménez Bartlett y su serie novelística criminal, la mayoría de los artículos se centren en sus alcances feministas/post-feministas y sus implicaciones y evolución a lo largo de la serie.

58  En la serie, la narración en primera persona de Petra Delicado lleva al lector, no sólo a través de los acontecimientos y resultados de sus pesquisas, sino que le permite un acceso constante a sus comentarios, opiniones y reflexiones interiores sobre lo que pasa a su alrededor y sobre sí misma. Esta (auto)reflexividad es de particular interés para este capítulo porque es a través de este mecanismo literario que se percibe al subinspector Garzón y al resto de los personajes masculinos que rodean a la narradora. A Fermín, Pepe, Hugo, Ricard, Coronas, Marcos y demás hombres del mundo de Petra se les ve únicamente a través de la lupa que ella impone y, por lo tanto, sus consideraciones reflejan una visión de lo masculino desde el punto de vista femenino. De igual forma, esta apropiación de la voz narradora tiene el efecto, de acuerdo con Golubov, de convertir a las mujeres en las productoras de su propia significación.

59  Parece que Petra se siente forzada a recurrir a la violencia y al abuso de su autoridad para consolidar su estatus y credibilidad como detective al mando de un subordinado del género masculino y al enfrentarse constantemente con víctimas y sospechosos del sexo opuesto. Este permanente despliegue de fuerza y dureza al ejercer su papel como miembro de la Ley ha sido catalogado por la crítica como poco feminista o anti-feminista. Sin embargo, para este estudio, las actitudes masculinizadas de la inspectora son importantes por el efecto que tienen en la alteración de los roles de género tradicionales, en las reacciones y actitudes de los personajes masculinos y en las consecuentes auto- reflexiones que desencadenan en la inspectora sobre sus propios actos y su posición de poder.

60  Una muestra temprana de este exceso de autoridad que Petra siente necesidad de usar para consolidar su estatus como detective se da por primera vez en Ritos de muerte cuando ella y Fermín están interrogando a uno de los sospechosos de los casos de violación que se encuentran investigando. Durante esta escena, la inspectora Delicado obliga a un supuesto violador a desnudarse en la sala de interrogatorios. Ante la sorpresa, tanto del interrogado como del subinspector Garzón, Petra ordena: ―Estupendo, Tomás, ya no te haré más preguntas. Ahora lo que vas a hacer es desnudarte ‖ (80). Al ver que el chico se resiste, Petra continúa: ―Si no te desnudas ahora mismo te juro por Dios que te hinchamos a hostias. Ésa es la ley ‖ (80). Una vez Tomás se desnuda, la inspectora reflexiona: ―Se quedó desnudo. Su carne joven y morena contrastaba con los ficheros y las paredes, la foto del Rey. Tenía un sexo hermoso, una bolsa escrotal plena y ubérrima como la vid. No sabía en qué postura ponerse ni dónde mirar ‖ (80).

61  Durante este incidente, el cual va adquiriendo con cada segundo un matiz más intenso, el subinspector Garzón decide abandonar el recinto. Como es posible notar, los dos hombres que participan en este episodio se sienten totalmente incómodos con la actitud abusadora que Petra ha asumido durante el interrogatorio. Por un lado, Tomás pasa de ser el sospechoso criminal a ser la víctima del poder descontrolado de la inspectora. Por el otro, el subinspector deja claro con su intempestiva salida que no está de acuerdo con las acciones de su jefa. Con este excesivo despliegue de autoridad, Petra invierte la rutina policiaca tradicional en la que los representantes masculinos de la ley se aprovechan de su posición para objetivizar y violentar a las mujeres acusadas de cometer algún crimen, convirtiendo a Tomás en el objeto sexual masculino bajo los ojos de la mirada femenina.

62  El diálogo que sostienen Petra y Fermín al terminar este incidente demuestra claramente que las acciones de Petra no son inconscientes y que, por el contrario, la inspectora ha invertido de forma premeditada los roles sexuales asumidos típicamente en este tipo de situación con el fin de aprovecharse de la sorpresa y molestia de ambos hombres y sacar de Tomás la información deseada. Al ser confrontada por su ayudante sobre la indignidad del procedimiento que Petra hainfligido sobre el acusado, ésta le cuestiona: ―¿Y no será que se siente usted solidariamente herido en su orgullo de varón? ‖ (83), a lo cual el subinspector Garzón responde: ―No, seguro que no. Pero ahora que lo enfoca por ese lado pienso que lo que usted ha hecho allí dentro es aprovecharse de ser mujer ‖ (83). Este comentario del viejo policía desata una airada réplica de Petra:

63  ¿Le habría parecido más correcto de ser una chica la interrogada? ¿Cuántas veces ha visto poner en entredicho la dignidad sexual de las detenidas, cuántas? ¿Y cuántas ha oído dirigirles frases burlonas, de doble sentido, gestos y malicias? Más de una. ¿Cree que me trago que la policía es un club de campo donde todo el mundo se preocupa por la dignidad? Usted ha visto o incluso hecho muchas veces esas cosas, subinspector, estoy segura, sólo que le pareció tan normal que ni siquiera se fijó. (84)

64  Por medio de estas palabras Petra puede manifestar, desde su nueva e inusitada posición como mujer en un cargo de autoridad usualmente masculino, su inconformidad con una tradición policiaca patriarcal que tiende a la normalización histórica de una conducta que brutaliza y ridiculiza la sexualidad de las mujeres criminales o sospechosas. Al revertir este comportamiento, Petra confronta a Fermín y a los demás representantes del género masculino con los sentimientos que deben encarar las mujeres que han sido víctimas de este trato y, tal como ella misma declara, de ahora en adelante: ―”la batalla de los sexos se encontraba en pleno fragor ‖ (84).

65  Como se mencionó anteriormente, cada vez que Petra se ve obligada a ejercer la autoridad asociada con sus funciones policiales se produce una posterior auto-reflexión de la protagonista, en muchas ocasiones causada por un sentimiento de culpa y una preocupación por la opinión que este tipo de reacciones despierta en su nuevo compañero. Por ejemplo, después de la escena en la que Petra obliga a Tomás a desnudarse puede leerse el siguiente comentario: ―¿Es inevitable todo lo que sucede? Y si hay que evitar algunas cosas ¿era necesariamente yo quien debía hacerlo? Seguramente sí, al fin y al cabo yo era su superior. Por otra parte no podía consentir que se me insubordinara ni una sola vez ‖ (84).

66  Esta dinámica encaja dentro de la ‘ansiedad de la autoridad‘ detectada por Ugaz. Por un lado, Petra siente la necesidad de probar que no tiene miedo de actuar con fuerza y violencia si es necesario pero, por el otro, este tipo de acciones le causan tal incertidumbre que no puede evitar preguntarse si son excesivas o apropiadas a su nuevo rol policial. Lo que sí es claro es que la inspectora teme no ser tomada en serio por sus colegas masculinos e intenta a toda costa dejar claro que es tan apta para desempeñar su cargo como cualquier hombre lo estaría.

67  Otro de los aspectos que llama la atención sobre la actitud de Petra con respecto a su trabajo como representante de la Ley, y que puede asociarse con esta ‘ansiedad de la autoridad‘ que le genera el asumir un oficio habitualmente masculino, es la posición poco solidaria que ésta demuestra hacia las integrantes de su mismo género. Este comportamiento ha dado pie a que muchos críticos hayan intentado comprender la falta de simpatías feministas por parte de la Inspectora y hayan llegado incluso a catalogarla de anti-feminista. En Ritos de muerte, comentarios como el siguiente: ―En un despacho frío nos esperaban la víctima y su madre, una mujer bastante miserable con grasa maloliente impregnada en la ropa, que se enjugaba los ojos todo el tiempo. La chica era blanca y desvalida como un ratón de laboratorio. Se sentaba con los hombros desinflados y miraba al suelo ‖ (17), se agudizan al considerar que las mujeres a las que Petra se refiere en términos tan despóticos son víctimas de abuso sexual y otros crímenes.

68  Por su parte, las reacciones del subinspector Garzón ante las mismas víctimas y la forma en que su jefe las trata difieren radicalmente de la dureza mostrada por la inspectora. Ante cada exceso de autoridad o severidad que la inspectora despliega durante la investigación del caso su subordinado muestra, según lo relata la misma Petra, signos de sorpresa, incomodidad, desacuerdo y estupefacción. Como es posible notar, las respuestas acostumbradas que se podrían esperar de ambos personajes ante las circunstancias particulares del caso son totalmente contrarias al comportamiento usual de los representantes de sus respectivos géneros. Esta alteración de visiones sobre el tema de la violación sirve nuevamente para enfatizar la incongruencia de los personajes de la serie de Giménez Bartlett con respecto a los roles masculinos y femeninos típicos de las novelas policiacas y las sociedades patriarcales convencionales.

69  Sin embargo, si se considera la interpretación de Ugaz mencionada anteriormente y la hipótesis de Carmen Tisnado de que esta actitud de Petra es la única forma en que la protagonista logra encajar en su ambiente de trabajo eminentemente machista (4), se puede entonces entender este uso de la inversión de roles como una forma de normalizar la ubicación de una mujer en un cargo de poder asumido típicamente por hombres.

70  La autora incluye personajes o situaciones marginales que ayudan a cuestionar aspectos de la maquinaria social relacionados con los roles genéricos establecidos en las sociedades heterocentristas. En el caso de Ritos de muerte, por ejemplo, la elección de los crímenes de violación, de marcado carácter sexual, sirve dos propósitos. Por un lado, ayuda a criticar una cultura donde todavía existe una visión patriarcal que ve al hombre y a la mujer como el sexo fuerte y el sexo débil respectivamente y, por el otro, permite subvertir dicha cosmovisión binaria por medio de las reacciones atípicas de los protagonistas ante estos delitos. Es significativo que la voz narrativa describa a las víctimas en esta obra como mujeres delgadas, frágiles e introvertidas, ya que plantean un marcado contraste con la fuerte personalidad y actitud beligerante de la heroína.

71  Petra, en vez de sentir lástima por las mujeres violadas e identificarse con su sufrimiento y el de sus familias, reacciona de forma casi violenta ante su pasividad y autocompasión. A estos dos extremos femeninos, se suma la posición de Fermín y los demás hombres de la novela, quienes parecen simpatizar más con el drama de las jóvenes que la inspectora Delicado. De nuevo, Giménez Bartlett altera los patrones de género al intentar eliminar esta ‘victimización‘ femenina y defender el poder de la mujer para subvertir el concepto de que ésta es ‘un objeto sujeto a ser violado por el hombre‘.

72  Aunque, de una parte, la influencia que aún tiene la tradición católica y falocéntrica en los años noventa en España se evidencia en el temor que llegan a experimentar las chicas asaltadas de ser tachadas como las culpables de su propia fatalidad y de haber manchado así su honor y el de sus familias, de otra, la reacción de los dos protagonistas ante esta situación es diametralmente opuesta y, una vez más, invierte las respuestas habituales esperadas socialmente de un hombre y una mujer ante dicho delito. Esta oposición entre la mentalidad retrograda de las víctimas y sus familias y la subversiva de Petra y Fermín, sirve para corroborar la dinámica de una sociedad compleja, en la cual coexisten prácticas ancestrales con tendencias posmodernas y, así mismo, permite cuestionar la pertinencia de visiones predeterminadas del mundo y sus problemáticas.

73  Continuando con esta exploración sobre la deconstrucción genérica que se puede encontrar en las novelas policiacas de la escritora española, conviene explorar las primeras opiniones con respecto a un hombre que presenta la narración de Petra en la entrega inicial de la serie, las cuales hacen alusión a su segundo ex- esposo, Pepe. De él habla como de un niño que: ―No perdía su aire de perro extraviado ‖ (9). Estas palabras marcan el tono condescendiente de los comentarios que se verán sobre este personaje en el resto de la obra. Pepe aparece como el eterno niño, el típico hombre que se niega a crecer y manifiesta todos los síntomas del complejo de Peter Pan. Aunque llevan casi dos años divorciados queda claro, por sus constantes visitas y llamadas, que Pepe aún está atado emocionalmente a Petra y que ella constituye un referente de estabilidad en su vida.

74  La detective, por su parte, demuestra un deseo completamente opuesto al de su ex: la liberación de toda relación afectiva o de dependencia de una figura masculina. Estas ansias de emancipación se ponen de manifiesto cuando la narradora cuenta las recientes y radicales transformaciones que ha hecho en su vida: dos divorcios, un cambio drástico de trabajo y la mudanza a una nueva casa. Según las auto-reflexiones de la protagonista, estos giros en su vida tienen como objetivo específico forjarse un futuro por sí sola. De igual forma, la caracterización de Pepe como un ser dependiente de su ex-esposa muestra una inversión de los papeles de género sexual todavía imperantes en la tradición sociocultural española. Parte de la mentalidad machista es la idea preconcebida, tanto en la literatura como en el cine y en el imaginario colectivo, de que cuando un hombre y una mujer se separan es usualmente por decisión del primero y que esta última queda devastada y emocionalmente ligada a su ex indefinidamente.

75  El caso de Petra y sus dos ex-esposos contradice completamente este estereotipo, ya que en ambas ocasiones ha sido ella quien ha tomado la decisión de romper la relación. La primera vez con bastante resentimiento por parte de su ex-marido y, en el caso de Pepe, como Petra misma lo dice: ―nos habíamos separado en unos términos tan amistosos ‖ (8). Es tal vez esta amigable separación la que impide que Pepe acepte completamente la realidad de su rompimiento y por eso sigue buscando a la detective. Sin embargo, al final de Ritos de muerte, Pepe parece haber superado su divorcio, al iniciar un amorío con la periodista Ana Lozano, quien ha asediado a la inspectora durante toda la novela. Esta evolución de Pepe no deja de ser ilusoria ya que, tanto para el lector como para el resto de los personajes, excepto él mismo, es evidente que Ana Lozano funciona más como un reemplazo de la inspectora que como una prueba de que Pepe ha encontrado un nuevo amor.

76  Por el contrario, lo que se corrobora con el romance entre la periodista y Pepe es que aún predomina en él la inclinación a entablar relaciones con mujeres mayores y maternales y no que se haya sobrepuesto realmente a su divorcio. Esta representación de Pepe, y su interacción con Petra y Ana, subvierte y parodia los roles típicos de las relaciones de pareja y sirve para cuestionar la pertinencia de que antiguos referentes sobre el desempeño de los géneros sigan aún vigentes en la sociedad española. Asimismo, como dice Morag Shiach, el uso de figuras masculinas tan poco interesantes garantiza que, por un lado, la centralidad narrativa de la detective no sea desafiada y, por el otro, permite que la protagonista pueda representarse como un ser sexual sin que ello amenace su status (100-01).

77  La existencia de figuras como Pepe, Hugo, Ricard y Marcos es necesaria dentro de la narrativa ya que estos personajes le añaden interés a la historia a la vez que sirven para humanizar a la inspectora y otorgarle una dimensión personal que va más allá de su rol profesional.  La segunda figura masculina que aparece en Ritos de muerte es el subinspector Fermín Garzón. La relación entre Garzón y Petra no empieza en muy buenos términos, pero va evolucionando de manera positiva y permanente, no sólo a lo largo de la primera novela, sino durante las ocho entregas de la colección publicadas hasta ahora. Sin embargo, las impresiones iniciales de la Inspectora Delicado sobre su nuevo subordinado bosquejan lo que Genaro Pérez describe como: ―la noción de la falta de comunicación entre los géneros se repite frecuentemente con situaciones diferentes pero que ilustran la frustración de Petra ante la inhabilidad del género masculino de entender las grandes diferencias que existen entre los géneros ‖ (67).

78  Aunque esta incomunicación puede percibirse en general en las relaciones de Petra con sus interlocutores masculinos, es más latente al inicio de esta novela cuando ella y Garzón se ven obligados a trabajar juntos. La imagen inaugural que se ofrece de Garzón está cargada de un tono crítico y paródico. Petra dice sobre su primer encuentro con el subinspector: ―Por fin entró Garzón. Enseguida pensé que, más que un individuo bragado, era un tipo necesitado de braguero o cualquier otro adminículo ortopédico debido a su edad. Casi sesentón, cincuenta y siete como mínimo. Me había equivocado en cuestión de años, pero la idea de no hacerme ilusiones servía igual ‖ (15). Como puede verse, la descripción que da la protagonista no parece muy objetiva. En efecto, el hecho de que la inspectora asuma de inmediato que por su apariencia y su edad Fermín no puede ser un buen detective y compañero de trabajo, sugiere que los estereotipos y prejuicios forman parte también de la mentalidad femenina de la protagonista y que, tanto los hombres como las mujeres, tienden a juzgar al otro bajo una lente sesgada por su género.

79  Sin embargo, gracias a la personalidad reflexiva y crítica de Petra, y a la tenacidad y honestidad de Fermín, lo que empieza como una relación tirante y llena de desencuentros termina de forma completamente distinta. En palabras de la heroína: ―comprendí que, aunque nunca llegáramos a tutearnos, habíamos sentado las bases de una larga y hermosa amistad”. (342). Con estas líneas se cierra la primera novela de la serie y se muestra una evolución en los protagonistas que seguirá desarrollándose a lo largo de las siguientes aventuras de ambos inspectores. Los otros dos hombres de importancia que aparecen en la vida de Petra dentro de Ritos de muerte son su ex-marido, Hugo, y el comisario Coronas. Ambos personajes representan las figuras patriarcales de autoridad para la protagonista. La Inspectora Delicado proporciona pruebas constantes de que es una mujer de personalidad fuerte, inteligente y autosuficiente; pero en lo referente a su primer esposo se muestra cohibida de plantear sus opiniones y teme las que él tiene sobre ella. Aunque fue Petra quien decidió romper su matrimonio con Hugo y luego estuvo casada por segunda vez, parece que la influencia que éste ejerce sobre su ánimo sigue activa sobre la inspectora.

80  Esta ascendencia de su ex-pareja puede casi palparse durante su primer encuentro, en el cual las auto-reflexiones de Petra informan que: ―Pero algo me impedía siempre enfrentarme con él, quizá la culpabilidad, quizá el convencimiento de que, en el fondo, él llevaba razón cuando opinaba sobre mi reincidente inconsciencia ‖ (26). Este tipo de meditaciones continúan a lo largo de la novela cada vez que la protagonista se reúne con Hugo. Antes o después de estas entrevistas, se dispara una cadena de reflexiones por parte de Petra sobre su pasado al lado de él y las circunstancias que la llevaron a dejarlo. El tono culpable de Petra refleja hasta qué punto, a pesar de su seguridad y autonomía, ha sido educada en una sociedad en la cual el divorcio no está bien visto y, mucho menos, si ocurre por iniciativa de la mujer.

81  Es irónico que a ella le pese más haberse separado de Hugo que de Pepe, tal vez porque éste no inspira en ella los ideales del hombre respetable, sino que lo ve como a un niño inmaduro emocionalmente y dependiente de la mujer/madre. Por el contrario, Hugo representa en la novela el mejor ejemplo del poder hegemónico tradicional: hombre, perteneciente a la clase alta, educado, con una idea clara de los modelos que una mujer de bien debe seguir; lo cual hace que el abandono de ella, aún después de tantos años, sea imperdonable. Tal vez aquí puede percibirse un reconocimiento por parte de la voz narradora de la vigencia aún presente en la sociedad española de la mentalidad patriarcal, ya que a pesar de los movimientos feministas y el cambio de los roles sociales de la mujer, Petra no puede dejar de ver ciertos aspectos del mundo a través de esos paradigmas binarios.

82  Esta dinámica de dominación masculina que puede detectarse en la relación de la Inspectora Delicado con su primer ex marido se confirma definitivamente por medio del siguiente ejemplo que la misma narradora rememora sobre la época en que estuvo casada con el abogado:  Cuando estuve casada con él intentó convencerme varias veces de que cambiara mi nombre de forma legal. Petra le parecía poco distinguido; que mi abuela se llamara así era un incidente que no debía ser determinante de por vida. Le gustaba más Celia. Estuve a punto de hacerle caso, pero felizmente me negué. Sin embargo, desde entonces no era capaz de decirle a alguien mi nombre por primera vez sin sentir un ramalazo de culpabilidad. Petra era en verdad horrible, quizá no hubiera sido mala idea sustituirlo.(57).

83  Aunque es claro que Petra no cede ante los deseos de su ex esposo, puede verse que este intento de Hugo de ejercer poder absoluto sobre su mujer deja una marcada huella sobre la inspectora. Tan grande es la influencia de esta tradición hegemónica de la supremacía masculina dentro de la institución matrimonial que Petra misma reconoce que desde entonces no ha podido dejar de mencionar su nombre sin sentirse culpable por no haberlo cambiado tal como su ex le pedía. Sin embargo, la negación de Petra de someterse a los deseos de Hugo, deja clara una vez más la capacidad subversiva de esta serie en lo que se refiere a los roles masculinos y femeninos tradicionales. Para finalizar el estudio de los personajes masculinos dentro de la primera entrega de esta serie policíaca es necesario enfocar la atención en el jefe de Petra y Fermín.

84  En cuanto al comisario Coronas, Petra es, como con todos los personajes de la novela y consigo misma, una observadora y crítica implacable. El comisario aparece como un hombre: ―de edad mediana con ínfulas innovadoras” (17), quien se interesa por la imagen pública de la comisaría y, por este motivo, se encuentra dispuesto a tomar decisiones que a veces desencadenan la ira de la inspectora. Uno de los primeros momentos en los que Petra se siente ofendida por las decisiones de su nuevo jefe tiene lugar cuando ella y su compañero son removidos como encargados del caso que se encuentran investigando. Esta remoción ocurre cuando las víctimas de violación se van acumulando sin que los inspectores hayan encontrado todavía a los culpables. Petra considera altamente injusta esta medida ya que obedece a presiones externas de representantes influyentes de la sociedad y de la mala prensa recibida en los medios de comunicación y no a una falta de buen desempeño por parte de los inspectores

85  Ante esta situación la inspectora, en un arranque inexplicado aún para ella misma, se enfrenta al comisario esgrimiendo las armas de la discriminación femenina con el fin de mantener su posición y, sorprendentemente, recibe el respaldo de su subordinado. En la discusión que tiene con su jefe, la inspectora argumenta: ―Con todos los respetos hacia mis superiores quiero señalar que estoy convencida de que este trato injusto se me dispensa por el simple hecho de ser mujer, un colectivo sin relevancia dentro del cuerpo, al que minimizar o vejar resulta sencillo y sin consecuencias ‖ (122). Este momento es clave por dos razones: primero, representa un giro en la, hasta ahora, fracasada relación de los compañeros y, segundo, va en contra de la tendencia de Petra a evitar que le generen favoritismos o condescendencias por ser mujer. Igualmente, a raíz de este incidente el comisario Coronas aprende a reconocer el trabajo de Petra por sus resultados y no por su género. Ya hacia el final de la novela, en un momento en el que el caso se encuentra atrancado, el comisario manifiesta su satisfacción con el trabajo realizado por los dos inspectores: ―Naturalmente, ni se me pasa por la cabeza relevarlos a estas alturas. Al contrario, renuevo mi confianza en ustedes, creo que están haciéndolo bien” (272).

86  Con esta aprobación, el comisario demuestra que es capaz de sobreponerse a sus prejuicios de género iniciales en contra de Petra y ésta, por su parte, reconoce la buena disposición que su jefe tiene ahora hacia ellos. Como se verá en el transcurso de la serie, la relación de Petra con el comisario Coronas alcanzará un nivel de respeto en el que las diferencias genéricas pasarán a un segundo plano y valdrá solamente la seriedad con que ambos asumen la labor policial.

87  Pasando ahora a la quinta novela policiaca de Alicia Giménez Bartlett, Serpientes en el paraíso (2002), Petra aparece regresando de sus vacaciones de Suecia, a donde ha ido en búsqueda de soledad y un clima menos sofocante que el de España durante el verano. Desde el mismo instante en que llega a su casa la esperan catorce mensajes telefónicos del comisario Coronas que la devuelven de golpe a la realidad del mundo criminal en que se desenvuelve y a sus deberes policíacos. En esta oportunidad, Petra y Fermín se moverán entre tres casos y tres mundos diferentes: la comunidad gitana, el clero católico y la clase joven burguesa. Aunque estos tres contextos parecen no tener conexión entre sí, podrá verse que hay algo de marginalidad en al menos dos ellos. Los gitanos, quienes representan una comunidad propia, regida por sus leyes y códigos de honor y justicia particulares; y la urbanización El Paradís, donde la protagonista tendrá ocasión de relacionarse con un nuevo tipo de subalternos, conformado por las inmigrantes ilegales que trabajan como mucamas para los jóvenes yuppies.

88  La conjunción de estos dos grupos sirve para plasmar temas y situaciones de la realidad barcelonesa que involucran a seres periféricos y discriminados por el poder hegemónico. En Serpientes en el paraíso, hay dos personajes masculinos que vale la pena analizar detalladamente. El primero, contrario a su costumbre, es descrito por la protagonista en los siguientes términos elogiosos: ―Me alegró comprobar que el Juez de guardia era Joaquín García Mouriños, un gallego de cierta edad, cordial y cachazudo con el que había coincidido varias veces y me llevaba muy bien ‖ (14). Esta representación positiva de un carácter masculino por parte de Petra sobresale por lo inusual ya que, como se ha visto hasta ahora, ella tiende a juzgar a los hombres que la rodean de forma bastante dura e implacable.

89 . Este cambio de apreciación en la protagonista puede explicarse de dos maneras: primero, establece que Petra no es un carácter unidimensional y predecible sino que comprende las complejidades y contradicciones propias de cualquier persona y, segundo, convierte al juez García en la figura paternal que inspira respeto y simpatía en los demás. Esta imagen del juez se confirma con esta observación de la inspectora: ―me recibió abriendo las manos al estilo patriarcal ‖ (14). Otra característica importante del juez García es su gran pasión por el séptimo arte. Esta afición cinematográfica parece ser una de las razones por las que el juez ha logrado ganarse el afecto de la inspectora. En el transcurso de la novela, podrá verse cómo las referencias fílmicas se convierten en una especie de lenguaje alterno con el que Delicado y García se comunican y comentan el caso que tienen entre manos. Este código común añade fuerza a la auto- reflexividad del texto y complementan las meditaciones constantes de Petra con las opiniones y puntos de vista de los diferentes personajes sobre variados aspectos de la vida y la realidad que les rodea.

90  El otro personaje masculino de relevancia en esta novela es el cardenal comisionado por el Vaticano para supervisar los operativos de seguridad concernientes a la próxima visita del Papa a la ciudad de Barcelona, de la cual se ha encargado a la estación policial donde trabajan Petra y Fermín. De acuerdo con su carácter analítico, la inspectora realiza un escrutinio detallado del prelado y, luego de un rato de observación minuciosa, se pregunta qué otra profesión podría realizar un hombre como éste. Como respuesta, la protagonista concluye: ―Un director de orquesta le cuadraba más: vestido para la galería, ejecutor de un rito, investido de mando, serio y seguro de sobrellevar una gran responsabilidad ‖ (85).

91  Como se ve, esta descripción podría aplicarse perfectamente a la del oficio sacerdotal. El doble sentido presente en la reflexión de Petra sirve para mostrar su opinión de la Iglesia Católica como una institución con ritos preestablecidos y orquestados, a la cual ella no le tiene particular respeto. Su escepticismo ante los discursos patriarcales y las prácticas hegemónicas aún vigentes en España, corrobora la actitud crítica de la inspectora en todo lo referente a las tradiciones impuestas por herencias arcaicas y falocentristas. A pesar del anticlericalismo y ateísmo de la detective Delicado, ésta debe reconocer que tiene más aspectos en común con el cardenal de las que quisiera. Cuando se conocen, a ninguno de los dos se les escapa la similitud de sus nombres: Petra Delicado y Pietro di Marteri. Como sus nombres lo indican, los dos personajes se caracterizan por sus personalidades fuertes, aunque parece que es la inspectora quien siempre gana en este aspecto, incluso comparada con cualquiera de los personajes masculinos.

92  Un claro ejemplo lo dan las siguientes palabras que el cardenal le dirige a la heroína después de una breve conversación en la que ella compara los preparativos de la visita papal con un desfile militar estilo Hitler: ―Inspectora Delicado, me pregunto qué hay en el fondo de su corazón que lo hace tan duro ‖ (137). Este comentario del cardenal muestra nuevamente la inversión de roles de género que Giménez Bartlett ha establecido desde el primer libro de la serie. En un contexto más conservador, es el hombre quien se caracteriza por la dureza de carácter y de juicios que se atribuyen en esta colección detectivesca al personaje femenino.

93  Además del parecido en los nombres y dureza de caracteres, Petra y Pietro tienen un humor negro y una inteligencia que les permite disfrutar de los juegos de palabras y el intercambio de ironías. A través de los pocos encuentros que sostienen a lo largo de la novela, Petra reconoce la inteligencia del prelado. Lo interesante, sin embargo, es que parece ser dicha característica la que le permite al cura ver a través de la dureza de Petra y desarmarla con comentarios certeros acerca de su personalidad que ocasionan la ira de la inspectora. Los encuentros entre estos dos personajes están siempre cargados de ironías y tensión, aunque no por ello dejan de reconocer en el otro características propias que les merecen respeto y admiración. A tal punto que, ante el asombro de la protagonista, el cardenal la escoge a ella como encargada de su seguridad personal durante la visita papal. Al final de esta misión, y durante su último encuentro, se pone en evidencia la prueba de este mutuo respeto cuando el prelado le dice a Petra: ―Inspectora Delicado, me ha gustado mucho conocerla. Lamento que no contemple usted el catolicismo con simpatía. Una mujer fuerte como usted podría hacer mucho por la Iglesia ‖ (306), a lo cual ella responde: ―Usted tampoco lo haría mal como policía ‖ (306).

94  Para terminar con el análisis de los personajes masculinos de Serpientes en el paraíso, conviene echar una mirada al desarrollo del subinspector Fermín Garzón desde su aparición en la primera novela de la serie hasta su situación en esta quinta entrega. Desde los primeros momentos de Ritos de muerte, cuando Fermín es presentado al lector a través de la narración de la protagonista como un hombre viejo, barrigón, retrogrado y antipático, la relación de los dos compañeros se ha afianzado hasta convertirse en una sólida amistad y la opinión que Petra transmite sobre su colega, aunque sigue siendo bastante crítica, tiene ahora un tono de admiración, respeto y cariño. En la presente novela, se muestra una vez más un trastorno en los roles de género con respecto a este personaje, la principal siendo su posición subordinada con respecto a Petra dentro de una tradición policiaca y literaria donde usualmente el hombre es el que manda.

95  En este caso, Fermín interpreta el papel de víctima de acoso sexual, condición históricamente sufrida por las representantes del sexo femenino. Después de volver de sus divertidas vacaciones en Mallorca, el subinspector regresa a su trabajo en Barcelona de tan mal talante que Petra no deja de preguntarse cuál puede ser el motivo del constante malhumor de su compañero. Un día, cansada de sus quejas y pataletas, Petra decide confrontarle y éste finalmente le explica la situación con el siguiente discurso: ―Inspectora, estoy siendo víctima de un acoso sexual ‖ (75), luego añade: ―Esas mujeres que acaba de conocer no me dejan en paz. ¿Ha oído lo que han dicho cuando nos han encontrado en la calle? ‖ (75) y continúa: ―¡Qué casualidad!, han dicho ¡qué casualidad! Pues bien, no se trataba de ninguna casualidad. Ellas saben dónde trabajo y me acechan. Y no sólo eso, además me llaman por teléfono, me invitan a cenar, se hacen las encontradizas en los alrededores de mi casa… se trata de un acoso, de verdad ‖ (75), por último concluye: ―Yo creo que tienen aspiraciones matrimoniales ‖ (77).

96  La reacción de la inspectora ante esta confesión de Fermín es de suma sorpresa y de incomodidad, ya que Petra siente que los asuntos sentimentales de ambos personajes deben mantenerse a raya de sus labores como policías. Sin embargo, al ver que esta circunstancia ha estado afectando el desempeño de Garzón durante la investigación, Petra acepta ayudar al subinspector a deshacerse de las supuestas acosadoras. Por medio de esta contraposición de los papeles comunes al tema del acoso sexual en una sociedad como la española, la novela de Giménez Bartlett logra confrontar la mirada patriarcal sobre este tipo de problemática y la frecuente trivialización que se da a las quejas que presentan las mujeres víctimas de este comportamiento masculino. El miedo de Fermín es presentado de forma humorística y frívola desde la perspectiva de la narradora-protagonista-mujer, pero para el subinspector, el tema está revestido de la mayor gravedad. Lo que puede verse entonces es cómo Fermín se convierte en este caso en el ejemplo paródico de la mentalidad heterocentrista que da por sentadas ciertas actitudes y expectativas sexuales como normales o aberrantes según el género de quien las practique o reciba.

97  Asimismo, este fenómeno inverso del acoso sexual llevado a cabo por mujeres conservadoras y entradas en la tercera edad hacia un hombre poco atractivo y nada sofisticado como Fermín subvierte el prototipo de las víctimas y perpetradores del acoso sexual, caracterizado usualmente por un hombre con problemas sexuales y de autoestima que se obsesiona con una mujer bella, joven o famosa. En Serpientes en el paraíso el objeto del deseo se traspasa del cuerpo femenino encajado en estándares occidentales de salud y belleza a un cuerpo masculino que Petra ya ha descrito en la primera entrega de la serie como el de un sesentón, barrigón y necesitado de braguero. Al mismo tiempo que esta situación ridiculiza la masculinidad de Fermín, también sirve para cuestionar el concepto retrogrado del honor característico del ideal planteado por la hegemonía masculina.

98  Para ejemplificar esta afirmación puede considerarse la conversación que sostienen Petra y Concepción sobre los temores que tiene Fermín de que Emilia desee que él se case con ella para satisfacer así el haber manchado su honor de mujer virgen y soltera: ―¿Compromiso, quién está hablando de compromiso? ‖ (170) le cuestiona Concepción a Petra, quien responde: ―Él temía que Emilia se hubiera hecho ilusiones de matrimonio ‖ (170). La reacción de Concepción deja claro que este ideal de honor mancillado y resarcido es una expectativa absurda y obsoleta de un hombre regido por los ideales de masculinidad establecidos por la hegemonía masculina de la sociedad patriarcal en la que se ha educado –hay que recordar que el subinspector es de Salamanca, una ciudad muy tradicional, y, al parecer, aún se aferra a los principios imperantes en España en una época anterior a aquélla en que transcurre la novela-: ―¡Pero bueno, este hombre es aún más anticuado que nosotras! No creo que a mi hermana se le haya ―Me sorprende, Petra, pero ¿es que salen ustedes de la prehistoria? ‖ (170).

99  En el caso de Fermín, Petra y las hermanas Enárquez –educadas durante la época franquista- han logrado dejar atrás los preceptos anticuados imperantes durante la dictadura para adaptarse a las tendencias más características de su nueva realidad contemporánea. Por el contrario, Fermín representa al ser que se siente socialmente vulnerable ante el intento de liberarse mental y emocionalmente de los comportamientos que considera propios de un hombre honorable según los códigos establecidos por la hegemonía masculina existente durante Franco, y aún desde mucho antes, y que continúan vigentes en la realidad del contexto español de los últimos veinte años. No obstante, con la intervención de Petra y la honestidad de Concepción, el subinspector Garzón logra adaptarse a esta nueva situación romántica que consideraba aberrante y se sumerge en una tranquila relación amorosa con Emilia, proponiendo así que el cambio de mentalidad es una posibilidad para los personajes de esta serie, característicamente fluida en cuanto a sus posiciones morales, filosóficas y temáticas.

100  Un barco cargado de arroz (2004), la trama gira nuevamente alrededor de víctimas y personajes de grupos marginales. Esta circunstancia no es de sorprender ya que, como se ha planteado en este estudio, es a través de la inclusión de estos grupos subalternos como Giménez Bartlett realiza su crítica social. Ya en la primera página aparece el cadáver de un mendigo. Petra, contraria a su naturaleza estoica, se siente realmente conmovida por el caso. Ante el asombro de su compañero, Petra le explica: ―Verá, subinspector, un vagabundo tiene una cierta grandeza, es como un santón, como alguien que hubiera alcanzado la sabiduría, o un nivel superior de conocimiento. Puede no dar importancia a las miserias que nos atormentan a los demás, vive libre, es superior… carece de servidumbres ‖ (8).

101  La reacción de Fermín ante estas palabras de la inspectora es de incredulidad y sorpresa ya que, al igual que el lector, el subinspector está acostumbrado a la dureza de Petra y su impasibilidad ante todo tipo de víctimas. Como es usual, la posición de Garzón sirve para contrarrestar la de la protagonista y mantener el contraste entre la visión del mundo de los dos personajes. Este contrapunto de opiniones se hace más patente cuando el subinspector le confiesa a su jefa que el motivo por el que anda huraño y esquivo últimamente se debe a que su único hijo, quien lleva ya un tiempo viviendo en Nueva York, acaba de informarle que es homosexual y piensa venir a visitarlo pronto a Barcelona con su pareja. Garzón está preocupado porque no sabe cómo comportarse cuando Alfonso llegue de visita con su novio y le confiesa a Petra que le cuesta entender y aceptar la inclinación sexual de éste y que le daría vergüenza que sus compañeros y amigos supieran de ella.

102  Ante esta posición retrograda de su subalterno, la inspectora opone una visión más progresista, de acuerdo con los tiempos modernos, y abierta hacia todo tipo de sexualidades disidentes. Con la introducción de un personaje gay, Giménez Bartlett toca otro aspecto de la marginalidad –el sexual–, y enfrenta al lector a las dos posturas propias del sistema binario de la hegemonía patriarcal española, representada en los dos policías. El hecho de que sea Fermín, el personaje que personifica en la serie el paradigma del discurso hegemónico – hombre heterosexual, defensor del honor y valores tradicionales-, quien deba enfrentarse una vez más a circunstancias que van en contra de los presupuestos de su educación heterocentrista y patriarcal refuerza el cuestionamiento que viene proponiéndose en la serie sobre la arbitrariedad de estos arquetipos de normalidad y de masculinidad.

103  Es posible notar en esta sexta entrega cómo la relación de Fermín y Petra, a pesar de sus visiones divergentes del mundo y sus constantes controversias, ha logrado consolidarse en una verdadera amistad, por encima de las diferencias de opiniones y actitudes ante la vida. Es tal la camaradería de los dos policías, que gran parte del texto se centra en sus discusiones filosóficas y la mutua resolución de sus problemas personales. Frecuentemente, estos momentos de reflexión tienen lugar en bares y restaurantes que la pareja visita constantemente entre pesquisa y pesquisa. Durante uno de estos intercambios confesionales, Garzón medita sobre su capacidad de enfrentarse a los cambios rápidos de la vida y le admite a la inspectora: ―He aceptado incluso, y usted me perdonará que ponga tanto énfasis, la igualdad absoluta de la mujer. Pero que mi hijo viva con un tío ya es demasiado para mí. Renuncio a comprender ‖ (90). En vez de sentirse ofendida por el comentario, como es de esperar ante la ya conocida tempestividad de la protagonista, ésta trata de ayudar a su amigo por medio de consejos y estrategias que le permitan aceptar la homosexualidad de Alfonso.

104  Tal como lo demuestra el ejemplo anterior, los dos policías se han acoplado tanto a lo largo de las seis aventuras que han emprendido juntos que se ayudan el uno al otro con sus problemas personales, se acompañan en los momentos difíciles y se divierten en los pocos ratos en que su estresante trabajo se los permite. El inspector, aunque todavía se sorprende ante algunos comportamientos de Petra, termina entendiéndola mejor que nadie y se nota una sincera familiaridad entre los dos. Por su lado, ella trata de ser tolerante ante las tendencias conservadoras y comportamientos arcaicos del subinspector. Tanta es la camaradería de los dos policías que Petra invita a Fermín a vivir temporalmente a su casa con el fin de aliviar al subinspector del estrés que le ha causado la visita de su hijo y su pareja homosexual, a la vez que intenta convencer al subinspector de que la inclinación sexual de Alfonso es perfectamente natural.

105  Al final, la relación que sostienen estos dos seres tan opuestos, más que una crítica del uno al otro, es un complemento de edades, géneros y valores que les ayuda a conquistar con éxito las tareas que acometen. Él simboliza el lado romántico e idealista, mientras que ella representa la actitud cínica y pragmática. Un ejemplo perfecto de su acoplamiento se da hacia el final de Un barco cargado de arroz, cuando el subinspector se da cuenta de que Petra se va con el ex de Yolanda, la recién nombrada asistente del dúo policial y se queda atónito por unos minutos, pero finalmente Petra dice: ―El subinspector soltó una enorme carcajada y se golpeó la pierna con la mano. Entonces fue como si reaccionara por primera vez, corrió varias zancadas tras de nosotros y gritó riendo: ¡Adiós, Petra, Adiós! – Imaginé lo que debía estar pensando ‖ (359).

106 Pero no todas las relaciones de Petra con los hombres que la rodean llegan a ser tan exitosas como la que tiene con su subalterno. En esta misma novela, Petra se encuentra en el camino de sus indagatorias con el psiquiatra Ricard Crespo, de quien expresa la siguiente impresión después de su primera entrevista: ―Un cínico, un prepotente, descreído, impertinente, medio loco además, con el despacho en un desorden asombroso, la ropa arrugada, el pelo revuelto… frívolo… Resoplé, al borde de una total indignación. Y ésos eran los ciudadanos respetables, los que forman la sociedad ‖ (30). Como siempre, se utiliza una descripción cargada de juicios implacables sobre el sexo opuesto. Irónicamente, estas negativas opiniones no impiden que en el transcurso de la trama la inspectora y el siquiatra empiecen un amorío. A pesar de los defectos que le halla al doctor Crespo en su primer encuentro, éste muestra un interés especial en ella y logra desarmarla poco a poco de sus prejuicios. Sin embargo, el doctor no logra convencerla del todo y la detective se debate continuamente entre seguir con él, aceptando su propuesta de mudarse juntos, o seguir con su vida, por fin independiente de sus dos ex maridos y del influjo constante de una presencia masculina. En últimas, queda claro que tanto Petra como el doctor se unen por razones poco convincentes.

107  Él, porque ha llegado finalmente al punto de su vida en el que busca una compañera permanente para la vejez y ella porque siente que aún es una mujer con necesidades físicas y emocionales. No obstante, al final Petra declina la oferta de mudarse con el doctor Crespo y da por terminada su relación. Él, con el ego herido, se va con Yolanda, la empleada de la Guardia Urbana que asiste a los inspectores durante el caso, demostrando así que su relación con la inspectora Delicado fue el fruto de un encuentro que se dio en el momento preciso en que él quería asentarse. Por su lado, Petra se va con el ex novio de la chica, mucho menor que ella, en un arreglo pragmático que parece darle el tipo de relación sin ataduras que busca. Con esta relación se demuestra nuevamente cómo Giménez Bartlett deconstruye los papeles clásicos de género en su obra. Es la mujer, en este caso, quien tiene dudas sobre la conveniencia de formalizar la relación mientras que el hombre muestra una necesidad de estabilidad y proyecciones hacia el futuro.

108  Nido vacío y El silencio de los claustros. En estas dos novelas hay un cambio importante con respecto a las seis historias anteriores en el estado civil y amoroso de Petra y Fermín: ambos policías han renunciado a su amada soledad y han decidido, contra todo pronóstico, casarse nuevamente. En Nido vacío, la trama se centra alrededor de la búsqueda del arma que le ha robado una pequeña gitana a la Inspectora Delicado durante su visita a un centro comercial de la ciudad. Aunque el incidente es en principio sólo un asunto de restitución del honor herido de Petra, a medida que ésta y Fermín se van adentrando en el caso, descubren un aspecto mucho más sórdido y cruel de la realidad barcelonesa: el abuso de menores y la pornografía infantil. A la vez que los dos compañeros van profundizando en el perverso mundo criminal, sus cuestionamientos sobre sus propias vidas van cobrando mayor seriedad. Por un lado, Garzón se siente abrumado ante la inminente decisión de formalizar definitivamente su relación con Beatriz, con quien lleva saliendo desde Serpientes en el paraíso. Por el otro, Petra empieza a cuestionarse las desventajas de su vida solitaria y de la falsa felicidad que ha construido alrededor de su ‘nido vacío‘. En la última obra de las ocho publicadas hasta ahora, El silencio de los claustros, la historia se aleja del ambiente marginal urbano que ha caracterizado a las otras siete entregas y el argumento, tanto policial como personal, se traslada del contexto público al privado.

109  Continuando con el dilema familiar planteado en Nido vacío, ahora los dos policías aparecen adaptándose a su nueva vida de casados, mientras investigan el asesinado de un monje ocurrido en un tradicional monasterio de la ciudad. Este nuevo milieu, regido por jerarquías y reglas internas, confrontará a los detectives con una dinámica a la que no están acostumbrados y frente a la cual deberán cuestionar el alcance y eficacia de su autoridad y poder como representantes de la Ley. Asimismo, tanto Petra como Fermín lucharán por adecuarse a su nuevo estado civil sin dejar que la vida de familia afecte su desempeño profesional. El primer aspecto que llama la atención en estas dos últimas novelas con respecto a la representación de los personajes masculinos tiene que ver con la situación sentimental del subinspector Garzón.

110  Como pudo verse desde el principio de la serie, Fermín es un hombre viudo, cerca de los sesenta años, recién trasladado de Salamanca, quien se aferra tercamente a sus ideas tradicionales del mundo y a su inclinación por una vida sencilla y solitaria en la cual prima únicamente su dedicación al trabajo. Este cómodo estilo de vida se ve alterado cuando el subinspector pasa sus vacaciones en Mallorca, durante la trama de Serpientes en el paraíso, y conoce a las hermanas Enárquez. Como se ha comentado anteriormente, este inocente romance de verano se convertirá, a pesar de la renuencia de Fermín, en una relación estable y placentera que en Nido vacío terminará en matrimonio. Es interesante entonces analizar la transformación de Fermín en estas dos últimas novelas, especialmente por su caracterización como un hombre que se apega a los principios falocentristas y patriarcales de más vieja guardia y más en consonancia con el prototipo del detective clásico y los estándares de la hegemonía masculina.

111  Dentro de este panorama, Fermín intenta aferrarse a la figura del detective masculino ficcional que Kathleen Gregory Klein describe como solitaria y superior (185). Sin embargo, como se ha visto también a lo largo de las ocho novelas de la serie, ninguno de los personajes de Giménez Bartlett se distingue por desplegar permanentemente una posición única y estática. Al contrario, siempre que se plantean asuntos de personalidad y cosmovisiones, tanto Petra como Fermín demuestran ser personajes que se cuestionan, se transforman y se contradicen sin demeritar por ello su valor como personas o detectives. En el caso específico del dilema del detective masculino tradicional entre la soledad y la vida de pareja, Giménez Bartlett opta nuevamente por una vía que transgrede las salidas de una novelística más apegada a las convenciones de dicho género.

112  La primera vez que Fermín comenta con Petra que su novia Beatriz tiene deseos matrimoniales, el subinspector expresa además su opinión acerca de la sagrada institución:  Yo he tenido un solo matrimonio, pero muy largo, de modo que sé lo que significa casarse. Significa: papeles, obligaciones, convivir todo el tiempo, dar explicaciones para todo… Por supuesto que sé lo que significa casarse, inspectora: «¿Dónde has dejado las llaves?», «ponte el jersey, que hace frío», «no fumes, que te hace daño», «no comas, que te engorda», «no bebas, que tienes que conducir», y… francamente no me encuentro muy convencido de querer sufrir tanto. (40)

113  Como es posible notar con las palabras del subinspector, éste siente que el matrimonio es más un sufrimiento que un placer y se debate entre continuar con su tranquila vida de soltero, típica del ideal de policía masculino ficcional que supuestamente representa, o casarse para no perder la compañía de la mujer a la que ama y cumplir asimismo con el honor característico de la hegemonía masculina. Igualmente, otra de las razones por las que el subinspector está reacio a contraer nupcias es porque le preocupa la diferencia de clases sociales entre él y Beatriz, por lo que le pregunta a Petra: ―Y dígame, ¿qué pinta un policía gordo y hortera como yo en un ambiente así? ‖ (120).

114  Estos momentos de duda y ansiedad se repiten a lo largo de Nido vacío. Tal como se ha visto en las otras novelas, en el presente dilema logra nuevamente triunfar la inteligencia emocional de Fermín, por encima de los estándares de hombría bajos los cuales ha crecido y por los que intenta regir su vida. De esta manera, ha logrado acoplarse a tener como jefa a una mujer, ha aceptado involucrarse en una relación sentimental con una mujer virgen de más de cincuenta años, ha luchado por superar el rechazo y la vergüenza de tener un hijo homosexual y, como se verá al final de esta penúltima entrega, aceptará contraer matrimonio una vez más y sacrificar así su estado de policía sesentón y solitario que tan bien le encajaba con su imagen del detective novelesco tradicional. En estas transformaciones también ha sido fundamental el apoyo y cuestionamiento constante de Petra propiciados por medio de las numerosas conversaciones que comparten los dos amigos sobre sus vidas, problemas personales, puntos de vista sobre temas generales y comentarios sobre los pormenores de los casos.

115  La dinámica de la relación de los dos compañeros es de gran beneficio para ambos durante toda la serie, aunque no dejen de tener altercados constantes, y es tal su importancia que la misma inspectora la compara con la mecánica de un matrimonio de verdad: ―¿Cuántos años llevábamos colaborando el subinspector y yo? Un montón ya, y sin embargo, seguíamos enzarzándonos en refriegas incruentas pero ruidosas ‖ (41) y más adelante continúa:  Aunque a pesar de eso, me gustaba trabajar con Garzón, pensar en otro compañero me producía un desasosiego de origen indeterminado. Éramos amigos, nos entendíamos bien en cuestiones de investigación, tolerábamos recíprocamente nuestras manías y compartíamos un parecido sentido del humor. Con menos de la mitad de estas circunstancias, un noventa por ciento de las parejas casadas serían dichosas. (41)

116  La novelística de Alicia Giménez Bartlett, aunque usa una narración también sesgada por la primera persona de la protagonista y acompañada por un subalterno masculino que sirve de contrapunto al personaje principal, logra proponer una valoración del subinspector Garzón, desde el foco narrativo de Petra, como un compañero indispensable para su labor investigativa, cuya contribución y experiencia son necesarias para ayudar a la resolución de los casos.

117  En Nido vacío, como se mencionó anteriormente, no sólo varía el estado civil del subinspector Garzón sino que, al final de la novela, la Inspectora Delicado también contrae nupcias por tercera vez. Este evento es un gran giro en la representación que se ha hecho de la protagonista en las primeras seis novelas, ya que en éstas Petra ha manifestado constantemente su rechazo por la vida conyugal y su férreo propósito de conservar su condición de soltería por el resto de sus días. Con el inesperado matrimonio de los dos detectives, se da también un cambio en el perfil tradicional del héroe de las novelas policiacas protagonizadas por hombres solitarios y públicos por una protagonista que rompe estos esquemas y no teme combinar su carrera profesional con una vida matrimonial y doméstica.

118  El hecho de que Fermín y Petra acepten finalmente su domesticidad como un estado que pueden armonizar con el buen rendimiento de su actividad policial prueba que estos dos personajes redefinen los estereotipos de género de este tipo de narrativa y proponen unas representaciones genéricas más acordes con la realidad. La posición que se plantea en esta serie con respecto a la pertinencia de la vida matrimonial de un policía puede verse definida entonces en el siguiente comentario que Petra le hace a su jefe hacia el final de la novela:

119  ―Si no fuera policía me limitaría a convivir con Marcos cada uno en su casa, como ahora se lleva. Pero al ser policía veo tantas cosas desagradables que me conviene un plus de vida serena y convencional ‖ (368). Ésta es entonces la propuesta a la que le apunta la narrativa de Bartlett con respecto al dilema entre la vida pública y doméstica del detective ideal. Con el matrimonio, no sólo de Petra, sino también de Fermín, Yolanda y Domínguez –todos policías pertenecientes a la misma comisaria- se apuesta entonces por el cambio de valoración de la vida pública como la única opción de normatividad para los héroes policiacos.

120  El silencio de los claustros, alterna los detalles de la investigación criminal con los intríngulis de la vida marital y familiar. Significativo es el inicio de la novela, donde parece que Petra está describiendo un cadáver:  La encontré en el sofá. El cabello, suelto y despeinado, le ocultaba la cara por completo. Su cabeza se hallaba quebrada sobre los almohadones, formando un ángulo anti natural. Las piernas, rígidas, apuntaban hacia arriba, desnudas y blanquecinas. La falda se le había arremolinado en torno a la cintura. (p. 7).  Como descubriremos inmediatamente, se trata de Marina, la hijastra de seis años, a la que, al volver a casa, encuentra haciendo el pino en el sofá.

121  Aunque Petra y Fermín parecen haberse acoplado agradablemente a su primer año de casados, en esta última aventura del dúo policial se verá cómo ambos protagonistas deben balancear las pequeñas crisis hogareñas con la resolución del extraño asesinato religioso que deben resolver. Una vez más, al tener acceso a la vida doméstica de la Inspectora Delicado, puede verse cómo los roles sexuales típicamente adjudicados por las sociedades tradicionales al hombre y a la mujer se trastocan y cuestionan con el comportamiento de Petra y de su esposo Marcos. Así, ya desde el principio de la trama es posible encontrar una escena que ilustra de forma sencilla la dinámica de géneros de esta pareja a lo largo del resto de la obra.

122  Al llegar a casa luego de un largo día de trabajo, Petra le pregunta a Marcos qué hace despierto y éste le contesta: ―Te he preparado una ensalada para que puedas cenar algo ‖ (18), a lo que ella responde: ―No era necesario que te molestaras tanto ‖ (18). Esta disposición de Marcos a esperar despierto a que su mujer llegue del trabajo, prepararle la comida y estar dispuesto a escucharla y ser comprensivo en cualquier circunstancia preocupará a la protagonista durante muchas instancias de la novela. A pesar de la posición de autoridad que ejerce Petra y de su constante cuestionamiento de los papeles masculinos y femeninos preestablecidos, la inspectora se siente culpable ante la inclinación de Marcos a asumir tareas que usualmente le corresponderían a ella como típica esposa. De esta manera, cada vez que su esposo lleva a cabo alguna de estas labores, supuestamente más acordes con el papel de diligente ama de casa, Petra tiene reflexiones como esta:

123  ―Realmente Marcos era un tipo muy raro: no discutía, no se enfadaba, mostraba una genuina preocupación por mi bienestar… A lo mejor había encontrado el prototipo del marido ideal… ‖ (20). La comprensión, la preocupación y el amor que expresa su marido le hacen oscilar entre la felicidad y los sentimientos de culpabilidad (debido a la imaginada responsabilidad que siente de corresponderle). Se auto-flagela con estos pensamientos y llega a la conclusión de que el «análisis y más análisis de sentimientos» era un mal que ella compartía con todas las mujeres de su generación. Y es que la reflexión, el pensar y pensar, es el gran problema de Petra, como vemos en una escena de El silencio de los claustros. Ante la posibilidad de dejar todo y huir “al fin del mundo”, Marcos le dice a Petra: “Petra, un hombre enamorado no tiene más patria ni más familia que la mujer a quien ama”.

124  Petra, en vez de sentirse feliz y punto, inicia una larga reflexión que, al final, le agua la fiesta:  Mientras iba hacia comisaría me sentía feliz. ¡Joder, qué suerte había tenido con aquel hombre! Aquellas declaraciones de amor que me soltaba sin venir a cuento me levantaban la moral. Sin embargo, si pensaba mejor en sus palabras... que te amen de un modo tan excluyente no dejaba de ser una auténtica responsabilidad. ¿Una mujer es capaz de amar del modo que él había descrito? Quizá no, quizá las mujeres, preparadas por la naturaleza para la maternidad, siempre dejan un espacio libre en su corazón, un espacio a compartir. Y sin embargo, ¿qué ocurriría cuando pasaran los años? ¿Marcos me querría igual o se habría acostumbrado hasta tal punto a mi presencia como para no saber con quién estaba? ¿Me confundiría con alguna de sus anteriores esposas? Paré frente a un semáforo en rojo. ¿Cómo puedes ser tan bestia, Petra Delicado?, me pregunté. Una cosa era evidente, dar y recibir amor no logra cambiar una personalidad. Allí estaba yo, después de haber sido objeto de un entrañable homenaje verbal de mi marido, dándole al caletre con los pros y los contras de una relación. Nunca aprendería a disfrutar de lo que tenía entre las manos. Sólo me consolaba suponer que aquél era un mal compartido por toda mi generación: análisis y más análisis de los sentimientos. Una lacra. (pp. 172-173)

125  Como dice la autora en una entrevista:  Petra es una mujer con muchas contradicciones y una personalidad fuerte, muy de mi generación, la del tránsito, donde las mujeres empezamos nuestra pelea. No es una mujer progre, ella se plantea todo lo que hace. Yo quería que, ante todo, fuera testigo de una época, aunque luego se ha ido «aggiornando».

126  En el mismo orden de ideas, a pesar de que Marcos se ha casado con Petra consciente de su personalidad dura y de los requerimientos de su profesión, ésta aún se siente insegura del éxito de su relación debido a la diferencia de temperamentos, profesiones y ambientes sociales existente entre los dos. Un ejemplo de esta incomodidad de la inspectora se presenta cuando deben asistir a una reunión de los colegas de Marcos y Petra intenta convencer a su marido de que ella no va a encajar en ese tipo de ambiente y que sería mejor si ninguno de los dos participara en las actividades sociales del otro. Ante esta propuesta, Marcos le debe explicar a su esposa, aun cuando ella también ha estado casada otras dos veces, que la vida conyugal implica involucrarse en las cosas del otro y ella piensa:

127  ―Él llevaba razón, no puedes pretender que todas las facetas de tu vida encajen milimétricamente formando un ingenioso puzzle. Aunque lo cierto era que el matrimonio había complicado mi puzzle y me sobraban piezas por todos lados. De modo que seguí preocupándome un rato más ‖ (24-25). Esta preocupación se irá intensificando a través de la novela, hasta el punto de que casi al final Petra teme que su matrimonio pueda dañarse irremediablemente: ―Los malentendidos entre parejas suelen resolverse con un par de bromas y un beso de paz; pero para eso hay que estar presente, convivir y charlar con normalidad. Un par de momias robadas más y mi matrimonio se iría al infierno ‖ (419-20). De estos pasajes entonces es claro que en la relación de pareja de Petra y su marido se ve una vez más la alteración de roles genéricos que se plantea entre Petra y Fermín, a la vez que muestran un desarrollo y madurez en cuanto a las reflexiones de la protagonista desde el primer libro de la serie hasta ahora.

128  Al igual que en su dinámica laboral, en su vida familiar Petra actúa como se esperaría del hombre en una sociedad típicamente patriarcal y Marcos asume comportamientos y posturas más propias de la esposa ideal. Así, es Petra quien propone que mantengan sus vidas laborales y compromisos sociales separados del otro y él quien aboga por compartir todos los aspectos de sus vidas; es ella quien explota en argumentos y enfrentamientos constantes y algunas veces absurdos y él quien intenta dialogar y ser comprensivo; es ella quien se rehúsa a la maternidad y él quien disfruta de su paternidad; es ella quien da más prioridad a su trabajo que a su familia y él quien tiene prioridades opuestas, etc. No obstante, aunque por su representación Marcos pareciera un personaje débil o alejado del ideal de la masculinidad hegemónica, éste es un hombre seguro de sí mismo y orgulloso de su forma de encarar la vida.

129  En una discusión con Petra, Marcos manifiesta: ―Ya comprendo todo lo que debo comprender. No soy ningún estúpido, tampoco un niño ‖ (424), asimismo Marcos no tiene pena en reconocer que el trabajo no es para él una prioridad tan extrema como para su mujer y tal cual se lo informa un día durante la cena al discutir el tema: ―Tú eres lo primero, lo único, lo más importante. El trabajo era antes básico para mí, y ahora lo contemplo como un medio de subsistencia, muy grato, sí, pero prescindible si tuviera que hacer una elección. Es más, a veces he llegado a pensar que trabajo para no entorpecerte mientras lo haces tú, como una especie de entretenimiento mientras no estás en casa ‖ (252). Estas palabras, extrañas en boca de un esposo convencional, salen de boca de Marcos sin ninguna vergüenza por salirse del guión prescrito para su papel dentro de su sociedad.

130  En cuanto a los temas y la estructura, vemos que las novelas de Alicia Giménez Bartlett se adhieren a la fórmula en todos los aspectos. Todas sus novelas se adaptan a los límites de extensión normalmente impuestos por editoriales para novelas de consumo masivo y tienen entre 200 y 250 páginas. Todas representan la lucha heroica entre el bien y el mal en la que debe salir victorioso el bien. Todas empiezan con la ruptura del orden y terminan con su restauración, con lo cual queda idealizada la policía como institución. Son narradas en primera persona, por la detective. Las tramas en las novelas son típicas de la fórmula; la corrupción y la decadencia en los ambientes urbanos de la sociedad moderna, la violación, el asesinato, la implicación de inmigrantes en el mundo del crimen, los ricos célebres y su vida falsa, el mundo del hampa, el racismo, la corrupción de menores, y la prostitución son los temas. Este conjunto de convenciones y fórmulas típico de la novela policíaca reafirma la ideología dominante de la cultura, confirmando las definiciones existentes del mundo e intentando resolver sus contradicciones y tensiones. Pero la misma fórmula exige la incorporación de algún elemento nuevo por encima de las convenciones genéricas reconocibles.

131  Este elemento nuevo en la obra de Alicia Giménez Bartlett es la interrupción constante de la narración para incorporar sub-tramas que atraen nuestra atención a los conflictos derivados de la condición de ser mujer policía en una sociedad patriarcal y machista. En este sentido, podríamos leer la obra de Giménez Bartlett como una subversión de la fórmula en tanto que la protagonista es una mujer real con una conciencia muy clara del género y del modo en el que el sistema social categoriza y juzga a los hombres y mujeres. Es decir, Petra Delicado está muy consciente de su condición de ser mujer, laborando en un ambiente patriarcal.

132  Crímenes que no olvidaré (ed. Destino, 2015) es una recopilación de nueve relatos, inéditos en España, escritos por Alicia Giménez Bartlett entre los años 1997 y 2014. Nueve casos protagonizados por su inseparable pareja de investigadores, la inspectora de policía Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón. Una selección que disfrutarán tanto los seguidores de la serie de novelas como todos los aficionados al género policíaco y a la buena literatura, en general.  En estos relatos encontramos a Petra y a Garzón en varias investigaciones que sacarán a la luz sus grandes diferencias y es que estamos ante dos personajes contrapuestos, en las antípodas ideológicas y de carácter, pero que se complementan a la perfección. Tan diferentes y tan complementarios a la vez. No se ponen de acuerdo en nada, o en casi nada. Están en polos opuestos en muchos aspectos, pero tienen el objetivo común de resolver los crímenes y atrapar al asesino. Y en eso se entienden de maravilla.

133  Los casos tienen lugar en diferentes escenarios y fechas, algunos de ellos resultan especialmente truculentos, afectan en mayor o menor medida las vidas de los protagonistas, pero todos ellos son resueltos con éxito por la peculiar pareja protagonista. Celos, amor, envidias, odios, venganzas, pasiones o chantajes, son algunos de los ingredientes del cóctel de delitos y crímenes que nos ha preparado la autora, pero siempre teniendo en cuenta, como dice ella misma, “Me gustaría que el lector sintiera a los personajes como a gente que ha conocido y también se planteara los problemas que ellos se plantean. La intención última es una cierta reivindicación de un sentimiento como la pasión, sobre la que tanto nos han advertido a las mujeres.”  - Muerte en el gimnasio. El libro comienza con un cadáver cocido literalmente en la sauna de un gimnasio. La víctima es un guardia de seguridad en una discoteca, un hombre pendenciero, jactancioso y provocador que no le cae bien a nadie por lo que la lista de sospechosos es larga.

134  - La voz de la sangre ofrece a los investigadores una escena dantesca, escalofriante, cuatro mujeres muertas en la misma habitación de una casa de masajes, con las paredes y suelo ensangrentados. Los policías se sumergirán en las tristes historias de las cuatro víctimas que tuvieron tan trágico final.  - El caso del lituano comienza con la muerte de un lituano por un disparo que ha destrozado su cara. Todo apunta a una resolución rápida y sencilla pero será más complicado de lo que parece en un principio.  - Petra en Navidad. El asesinato de un mafioso ruso internado en el hospital de Vall d’Hebrón se presenta para Petra Delicado como un truculento plan para pasar la Nochebuena, pero Garzón aparecerá como fiel acompañante para hacer la noche más llevadera y productiva.

135  - Petra en Agosto. Otra fecha importante, significativa, que se tiñe de rojo con un asesinato, el de la mujer de un inspector de la Policía Nacional.  - Princesa Umberta. La cena de hermandad anual que se celebra en comisaria cada 22 de diciembre, un acontecimiento del que Petra huye en cuanto tiene oportunidad, culmina ese año con un colofón especial, la celebración de los cuarenta años en el cuerpo de Garzón. Un mensaje enigmático interrumpe la velada y será el anuncio de un asesinato.  - Carnaval diabólico. Esta vez la víctima es un hombre mayor disfrazado de diablo rojo que aparece asesinado en plenos carnavales. Todo parece en contra de los investigadores, un muerto no identificado, la dificultad de encontrar testigos y un escenario contaminado por lo que será complicado encontrar pruebas.

136  - Parecido razonable. Petra Delicado confiesa una locura hecha por amor al aceptar una proposición hecha por su marido. Se verá involucrada en caso, con un sorprendente final, en el que el equipo de investigadores estará formado por su propia familia.  - Tiempos difíciles. Como colofón un caso que contiene un elemento por el que Petra siente aversión, la posibilidad de que tuviera un fuerte seguimiento mediático. La muerte de una adolescente podía despertar la pasión morbosa de las masas humanas, algo que la inspectora detestaba. Pero se encontrará con otros inesperados obstáculos que dificultarán la investigación.


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