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La Semántica de la Ciencia. Roy Harris

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Presentación del tema: "La Semántica de la Ciencia. Roy Harris"— Transcripción de la presentación:

1 La Semántica de la Ciencia. Roy Harris
Por Jaime Ernesto Vargas Mendoza Asociación Oaxaqueña de Psicología 2008

2 Roy Harris (Profesor Emérito de Lingüística General en la Universidad de Oxford) no es un lingüista ordinario y la forma en que enfoca la Semántica de la Ciencia en el libro que publica con ese título en el 2005, bajo el sello de la Editorial Continuum (Londres y Nueva York), no se parece nada a lo que típicamente se asocia a los intereses de los lingüistas respecto al lenguaje de la ciencia, cosas tales como la investigación de patrones particulares de formación de palabras o la estructura de oraciones características. En lugar de ello, directamente se involucra en la tesis de que se necesita componer la comunicación de los científicos y entre los científicos.

3 Harris se interesa en las suposiciones básicas que hacen los científicos y otros sobre el lenguaje de la ciencia, así como su relación con el lenguaje cotidiano. Sus investigaciones lo han conducido a conclusiones lo suficientemente radicales como para confundirlas con alguna posición profundamente anti-científica. De manera que al final, hay que subrayar que Harris no tiene nada que ver con las tendencias anti-científicas post-modernas : las batallas entre modernismo y post-modernismo se han librado en el terreno común de tales suposiciones sobre el lenguaje y la comunicación, a las que Harris inequívocamente rechaza.

4 La perspectiva teórica con la que se visualiza la materia de estudio del libro, es el integracionismo, una filosofía del lenguaje y una teoría lingüística creada y refinada por Harris durante los últimos 30 años. El integracionismo constituye un reto formidable para la ortodoxia lingüística, para varios estratos de la filosofía del lenguaje y para un cierto rango de enfoques epistemológicos. El reto consiste en rechazar dos suposiciones básicas relativas al lenguaje y la comunicación, a las que Harris se refiere como “el mito del lenguaje” y a revertir ciertas prioridades ontológicas. De manera que, para un integracionista, el lenguaje no consiste de códigos que especifican determinadas formas y significados de los signos lingüísticos y la comunicación no es la utilización de semejantes códigos fijos, para transferir mensajes de la mente de un individuo a la mente de otro.

5 El integracionismo ve la comunicación como una integración de actividades a través de signos que se producen durante el proceso : los signos no son pre-requisitos para la comunicación, sino que son sus productos. De esta manera, la comunicación no presupone el lenguaje, muy por el contrario : el lenguaje presupone la comunicación. Mientras en el mito del lenguaje, los códigos deben ser inherentemente estables, el integracionismo toma a los signos como inherentemente inestables : su aparente estabilidad se deriva de la utilidad social de las actividades integradas. Esto tiene consecuencias epistemológicas : disgusta a muchos pensadores para quienes resulta incompatible el conocimiento indiscutible y el cambio. El integracionista asumiría que nuestro conocimiento siempre está cambiando. Este es el bosquejo básico de la postura teórica, desde la que Harris pretende investigar dos cuestiones fundamentales : ¿Qué es lo que la ciencia le pide al lenguaje? ¿Qué es lo que el lenguaje le pide a la ciencia?

6 Limitando sus consideraciones a la tradición intelectual occidental, Harris enfoca a la ciencia como una supercategoría, a la par de otras, como el arte, la historia o la religión. Estos son conceptos capitales que posibilitan la integración de investigaciones y actividades, que de otra manera estarían separadas, y que permiten organizar la vida intelectual de la sociedad. Una supercategoría aglutina diversas disciplinas individuales y requiere de cierta unidad y estabilidad interdisciplinaria respecto a su terminología y sus prácticas en el discurso. Tiene su retórica característica, que es frecuentemente usada por aquéllos que pretenden desacreditar el prestigio de la supercategoría, para promover sus propios intereses y convicciones. Cuenta con sus propias revistas especializadas, sus filósofos y sus historiadores.

7 La visión de Harris sobre la historia de la ciencia es diferente de la que ofrecen muchos historiadores, quienes aplican retrospectivamente diversas suposiciones características de la moderna supercategoría de la ciencia y puede remontarse atrás, más allá de la Grecia Clásica y el Egipto Faraónico, en su búsqueda de los primeros científicos. Desde un enfoque integracionista, la ciencia, como una supercategoría, emerge como un concepto de la sociedad literaria a partir del Siglo XVII y atraviesa varias etapas, que son discutidas por Harris haciendo uso de diversos ejemplos: desde Bacon y Sprat, a través de los autores de la Enciclopedia y hasta Einstein y Heisenberg. La tesis fundamental que sostiene, es que ubicar a la ciencia como una supercategoría necesita del soporte de una filosofía particular del lenguaje: una filosofía cuyas partes vitales resultan las suposiciones gemelas del mito del lenguaje.

8 Esta filosofía acecha el surgimiento de la supercategoría: Harris la rastrea hasta Aristóteles. Su componente semántico implica que las palabras adquieren su significado al referirse a las cosas del mundo real. Esta es la versión reocéntrica del mito del lenguaje, que puede contrastarse con la versión psicocéntrica, que indica que las palabras ganan un significado al conducir las ideas de la mente. Si definimos a un planeta refiriendonos a las propiedades particulares de cuerpos pesados, estamos dando una definición reocéntrica. Una definición psicocéntrica se referiría a nuestras creencias acerca de los objetos pesados. Los científicos, en las etapas tempranas del desarrollo de la supercategoría y hasta el presente día, han favorecido al reocentrismo sobre el psicocentrismo.

9 En la semántica reocéntrica, la estabilidad requerida para los signos se deriva ultimadamente de (la también supuesta) estabilidad natural del mundo real. Es lógico entonces esperar que el lenguaje científico tenga posibilidades de ser mas y mas exacto para describir la realidad y que podamos asociar el avance de la ciencia con semejante posibilidad (ejem.: la reciente reorganización del Sistema Solar).

10 El análisis detallado de Harris identifica varias áreas de tensión en diversas formulaciones del reocentrismo, desde Aristóteles hasta Einstein y Kuhn. Muchos de ellos muestran un problema de enfoque: el reocentrismo pierde rápidamente plausibilidad cuando se extiende hacia regiones de la investigación científica que se separan fuera del umbral de los objetos tangibles. Y es ahí cuando los teóricos tienden a deslizarse hacia el modelo psicocéntrico, el que, a su vez, produce todo tipo de problemas de inconsistencia, en la medida que este movimiento desprotege a los signos de un nicho estable ubicado en una realidad externa a la mente humana. En ese punto, Harris lanza la interrogante de qué tanto es posible, en principio, un lenguaje basado en definiciones reocéntricas y continúa argumentando que, aún aquéllos que han adoptado esta visión no comprometida del lenguaje de la ciencia, no han podido ser capaces de proporcionar una justificación científica, acorde con su propio criterio, para haber elegido este criterio.

11 Reconociendo el papel de las operaciones y las mediciones en el desarrollo de la ciencia, Harris también examina los fundamentos semánticos de las matemáticas para mostrarnos las bases reocéntricas de los signos numéricos. La infalible creencia en las matemáticas como el mejor ejemplo de la estabilidad semántica, juega un papel importante en el surgimiento de la crisis semántica de la ciencia contemporánea. El aspecto central de la crisis radica en una laguna temporal entre en pensamiento científico y el modelo para formular las proposiciones científicas. En otras palabras, hay una disparidad entre los descubrimientos de la ciencia moderna y el lenguaje disponible para reportar y explicar lo que la ciencia ha descubierto. ¿ Cómo se dio esta disparidad ?

12 El reocentrismo es parte de una teoría diseñada para explicar un lenguaje desarrollado para tratar con las necesidades de comunicación a un nivel cotidiano, respecto a las experiencias humanas de la vida en la Tierra : a un nivel antropoide. Ahora, si la ciencia se ve en términos de la integración de esta experiencia antropoide con el conocimiento expandido de la naturaleza, se puede ver que el reocentrismo puede servir en tanto nos asegure que puede hablarse básicamente de la misma forma en los niveles sub-antropiodes y super-antropiodes , de la misma forma que uno lo hace en el nivel antropoide (árboles, ladrillos y sillas). Las matemáticas, por mucho tiempo dieron esa seguridad. Todavía a finales del Siglo XIX, los cálculos y las medidas indicaban que el mundo invisible funcionaba de la misma manera que el visible. Pero cuando los cálculos y las medidas repentinamente nos dieron el mensaje que, en signos verbales, solo se podía formular diciendo que uno no puede saber al mismo tiempo la velocidad y la posición de un objeto atómico, el reocentrismo potencialmente nos condujo a cuestionar la realidad física de estos atributos del objeto. Para mantener la veracidad de semejante afirmación, aparentemente uno tendría que re-definir los términos “velocidad”, “posición” y “objeto” ¿ Pero cómo ? La ciencia ha estado en una crisis semántica desde entonces.

13 Pero darse cuenta de que hablar sobre las “supercuerdas” o el “espacio de 10 dimensiones” desafía las suposiciones relacionadas con la semántica de los árboles y los ladrillos, es solo una parte del estado de cosas. Podría considerarse que la pasmosa presencia del hueco temporal, podría verse como la manifestación de la creencia en la imposibilidad de una tesis metasemántica, además de la ya dudosa plausibilidad del reocentrismo semántico: digamos, la tesis de que todas las partes del universo pueden ser capturadas por el mismo conjunto de suposiciones semánticas. Estas consideraciones conducen a Harris hacia un diagnóstico radical del lenguaje de la ciencia.

14 No es solo que el lenguaje de la ciencia aún se apoye en un modelo lingüístico obsoleto y no es solo que el lenguaje de la ciencia pueda acomodar los nuevos descubrimientos y conclusiones que son incompatibles con sus mas fundamentales suposiciones semánticas solo al costo de volverse incomprensible, y no es solo que estas suposiciones, entonces, limiten la forma en que los nuevos descubrimientos puedan ser reportados. De hecho, toda la tradicional concepción del universo, como consistente de objetos discretos poseedores de propiedades discernibles en tiempo y espacio, resulta una extrapolación de este modelo lingüístico. De la misma manera, la práctica comunicacional de la descripción verbal, no la estructura de los objetos argumentada en su descripción, es la fuente de las diferencias tradicionales entre lo posible y lo imposible, lo verdadero y lo falso, el observador y lo observado.

15 ¿Qué necesita la ciencia del lenguaje?
Requiere que el lenguaje sea semánticamente perspicaz. La perspicacia del lenguaje, en términos reocéntricos, significa que la ciencia necesita un lenguaje capaz de reflejar confiable y objetivamente el funcionamiento de la naturaleza. Pero este no es un requisito que el lenguaje pueda alcanzar, por un tiempo la ciencia no podrá ir más allá de los límites del lenguaje, mientras el lenguaje va más allá de los límites de la ciencia.

16 ¿Qué necesita el lenguaje de la ciencia?
Nunca se ha proporcionado y es poco posible que suceda y se cuente con una justificación científica para el enfoque que sostiene que es posible un lenguaje completamente reocéntrico. En lugar de ello, siendo positivo, el lenguaje necesita de la ciencia que esta rechace el reocentrismo a favor del integracionismo. Los científicos no pierden nada si lo hacen. Quizá algunas ilusiones, como, por ejemplo, que su trabajo práctico lo pueda llevar hacia alguna verdad última respecto al universo o que su lenguaje tenga bases mas confiables que el lenguaje de la gente de la calle.

17 Bibliografía: Jan K. Wawrzyniak Una revisión de “The Semantics of Science” de Roy Harris (2005) The Pantaneto Forum Home Page

18 En caso de citar este documento por favor utiliza la siguiente referencia:  
Vargas-Mendoza, J. E. (2008) La semántica de la ciencia. Roy Harris. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. En


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