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La mayordomía de la iglesia que vive en santidad

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Presentación del tema: "La mayordomía de la iglesia que vive en santidad"— Transcripción de la presentación:

1 La mayordomía de la iglesia que vive en santidad
Mayordomía responsable: privilegio de los santos 1Cor 4:1-5

2 Introducción La mayordomía es el reconocimiento de que Dios, como Dueño y Señor de la creación, nos ha confiado tiempo y oportunidades, capacidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos, y que nosotros somos responsables ante él de su uso correcto. Reconocemos que Dios es el dueño, al rendir fiel servicio tanto a él como a nuestros semejantes, y al devolver los diezmos y dar ofrendas para la proclamación de su Evangelio y el apoyo y crecimiento de su iglesia. La mayordomía es un privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y obtener la victoria sobre el egoísmo y la codicia.

3 Así, un mayordomo es una persona a la cual se le entrega el manejo de una casa o propiedad de otro. Mayordomía, entonces, es la posición, deberes y servicio de un mayordomo. Para el cristiano mayordomía significa la responsabilidad que le cabe al hombre por todo lo que Dios le ha confiado, y el uso que de ello hace: vida, ser físico, tiempo, talentos y capacidades, posesiones materiales, oportunidades de servir a otros y su conocimiento de la verdad. En sus dimensiones más amplias, la mayordomía abarca el uso sabio y abnegado de la vida.

4 La mayordomía es un privilegio de los santos y de ninguna manera un favor que le hacemos a Dios. Muchos, cuando depositamos nuestros diezmos y ofrendas, tenemos un sentimiento de satisfacción como si dijéramos: “Vaya... ¡ahora Dios se sentirá mejor! Temo decirte que Dios no se beneficia de nuestra mayordomía responsable y fiel. Es el bienestar espiritual tuyo lo que está en juego en asuntos como estos. Tú tienes la posibilidad de quedarte con el diezmo y la ofrenda, pero al retener lo que es del Señor perderás el bienestar espiritual de servir al Señor.

5 ¿Cuáles son los elementos de una mayordomía responsable y espiritual?

6 “Somos mayordomos responsables cuando:”
I. Comprendemos nuestra representación, 1Cor 4:1-2 A. Como siervos, v.1a “Así, pues, ténganos los hombres por servidores de Cristo...”

7 “Somos mayordomos responsables cuando:”
I. Comprendemos nuestra representación, 1Cor 4:1-2 B. Como encargados v.1b-2 “Así, pues, ténganos los hombres por... administradores de los misterios de Dios”

8 Al pastor Barnes se le pidió que dirigiera el funeral de otro hombre que había ayudado a desarrollar la famosa nave Boeing 747. Después del culto habló con la viuda, y le comentó cuán extraordinario era que su finado esposo hubiera ayudado a construir esa maravillosa máquina. Ella dijo: «La verdad es que él trabajó en una cajita de interruptores mas pequeña que una barra de Pan Bimbo. Eso fue todo lo que hizo durante quince años. Pero cuando ese 747 despegó por primera vez fue el momento más feliz de su vida».

9 El hombre trabajó en una cajita de interruptores por más de quince años. No obstante, el enorme avión no podía haber volado sin la contribución de este hombre. A menudo sólo vemos nuestros esfuerzos aparentemente pequeños y sentimos que no somos muy importantes. Pero cuando el gran reino de Dios “despegue” nos emocionará descubrir que todos nuestros esfuerzos fueron esenciales.

10 “Somos mayordomos responsables cuando:”
II. Cumplimos nuestra responsabilidad, 1Cor 4:3-4 A. No delante de los hombres, v.3 “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros”

11 “Somos mayordomos responsables cuando:”
II. Cumplimos nuestra responsabilidad, 1Cor 4:3-4 B. Sino delante del Señor, v.4 “el que me juzga es el Señor”

12 La Tumba al Soldado Desconocido es el nombre que reciben los monumentos erigidos por las naciones para honrar a los soldados que murieron en tiempo de guerra sin haber podido ser identificados. A veces es una tumba simbólica evocando a todos los habitantes de un país que murieron en un determinado conflicto sin identidad conocida, aunque algunos contienen los restos de soldados fallecidos durante estos acontecimientos.

13 La tradición moderna de esta práctica la comenzó el Reino Unido cuando, terminada la Primera Guerra Mundial, fue el primer país en enterrar a un combatiente desconocido en nombre de todos los ejércitos del Imperio británico, en la Abadía de Westminster en En el Cementerio de Arlington, Virginia, Estados Unidos, también se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido. Esta tumba es vigilada permanentemente por fuerzas del ejército de los Estados Unidos. En su interior hay enterrados varios soldados.

14 Así como las naciones tienen en gran estima a aquellos combatientes que han dado su vida por los valores propios de cada país, nuestro Señor también tiene en gran estima a aquellos siervos suyos que saben portar con orgullo los valores del Reino de Dios. Pero para éstos no será una tumba al soldado desconocido, sino una bienaventuranza eterna para el siervo conocido.

15 Conclusión Ser un buen mayordomo parte de dos conceptos básicos: tener un claro concepto de lo que somos y tener un claro concepto de lo que Dios nos ha dado. Cuando estos dos principios no están arraigados en la persona, jamás será un buen mayordomo de Dios. Por lo anterior, la mayordomía no es un asunto económico y financiero, sino un asunto teológico y doctrinal.

16 Cuando sabemos que no somos dueños, amos, señores de la vida, sino servidores y administradores de Dios no tendremos ningún temor de entregar al Señor lo que le pertenece. “Aquel que no tiene nada no tiene miedo de perder algo.” Nuestra representación delante de Dios es de siervos y encargados. El dueño de todo cuanto existe es el Señor, y nosotros simplemente estamos para administrar y cuidar los bienes del dueño.

17 Cuando logramos entender esto, podemos desarrollar un claro concepto de los bienes materiales que poseo; puedo entender que el Señor me los ha entregado en custodia para que yo pueda cumplir con la tarea que me ha encargado. Por otro lado, cuando sabemos que todo aquello que hay en nuestra vida proviene del Señor seremos mayordomos fieles, pues no reclamaremos aquello que no es nuestro.

18 La Escritura lo dice claramente: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Sal 24:1). El Señor es el dueño y poseedor de todo cuanto existe. Todo es suyo por derecho de creación (él hizo todo cuanto podemos ver), y también por derecho de preservación (él sustenta su creación).

19 Te invito a que seamos mayordomos responsables y ejerzamos con diligencia nuestra función de administradores de los bienes que el Señor nos ha dado.


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