La interpretación de los escritos proféticos

Presentación del tema: "La interpretación de los escritos proféticos"— Transcripción de la presentación:

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La interpretación de los escritos proféticos Resumen de la Guía de Estudio para la Escuela Sabática del 14 de marzo del 2009. Visite:

2 Texto clave. Lucas 24: 27. “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”.

3 Estructura Exégesis Homilética Contexto de escritura

4 Es encontrar el significado original del texto.
Se usa la interpretación del lenguaje. Se analiza el contexto en el que se encuentra el autor. Ejemplo de exégesis. Romanos 2: 12: “todos los que pecan sin haber tenido la ley de Moisés, morirán sin esa ley; y los que pecan a pesar de tener la ley de Moisés, por medio de esa misma ley serán juzgados”. Romanos 10: 17. “Así pues, la fe viene como resultado del oír, y lo que se oye es el mensaje de Cristo”.

5 ¿Cómo serán juzgadas las personas en el juicio final?
Los que conocen la ley de Dios o tienen la oportunidad de conocerla, serán juzgados por ella. Los que no conocen o no conocieron la ley de Dios, serán juzgados por la ley natural que Dios puso en el corazón de las personas, llamada conciencia.

6 Es el arte de predicar. Se acondiciona el mensaje, de acuerdo al escrito bíblico. Se busca dar énfasis al tema. Ejemplo de homilética. Marcos 1: 15. “Decía: 'Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias'”.

7 Consideraremos dos aplicaciones:
Cristo refería, exegéticamente, a la llegada del reino de la gracia, pues Cristo había de morir. En estos tiempos puede ser usado para exponer el reino de la gloria de Dios, que está cerca. Elena G. de White manifestó que nuestra postura física debe ser recta o erguida para establecer aplomo y vigor físico, haciendo uso de Eclesiastés 7: 29, texto que fue usado por Salomón para mostrar la rectitud moral del hombre. Elena G. de White utiliza mucha homilética en sus interpretaciones.

8 Analizando el mensaje en su tiempo y lugar. Ejemplos:
¿Cómo considerar las circunstancias, en los escritos, para aplicarlos a nuestros tiempos? Analizando el mensaje en su tiempo y lugar. Ejemplos: Jeremías describe la desolación de Jerusalén (Jeremías 4: 23). Esta descripción se aplica perfectamente al milenio de purificación de la tierra. Elena G. de White escribió que no debemos comprar bicicletas, pues en su tiempo, sus precios equivalían a los de un auto de lujo, en nuestros tiempos. El principio que utiliza Elena G. de White, es el de una administración eficaz, la cual no deja de ser válida en nuestro tiempo, haciendo un uso adecuado de las bendiciones materiales que Dios nos da. Para aplicar el contexto a nuestra época, es preciso unir la exégesis con la homilética.

9 ¿Cómo debemos utilizar el contexto de manera correcta?
Interpretando correctamente las figuras bíblicas. Ejemplo: Isaías habla de un cielo nuevo y una tierra nueva, refiriéndose a la reconstrucción de Jerusalén. (Isaías 65: 17) El mensaje no debe estirarse más allá del contexto, pues Isaías refiere que habría muerte en esos cielos y tierra nueva, cuando en la eternidad no lo habrá. Analizando el mensaje central al que refiere el escritor. Elena G. de White habla acerca de que no debemos creernos salvos, en el sentido de colocarnos como personas autosuficientes a las que nunca puede llegar una caída espiritual. (PVGM p. 119). Todos somos salvos en Cristo Jesús, pero esta no es una condición eterna hasta entrar en el cielo.

10 Conclusiones Debemos investigar los mensajes bíblicos y extracanónicos con cautela para no caer en equivocaciones. Nuestra labor es descifrar el mensaje de Dios, por medio de la Biblia, para nosotros y nuestros tiempos. Ignorar el contexto del mensaje bíblico puede generar interpretaciones fantasiosas. Es necesario considerar el lugar, tiempo, cultura, ambiente histórico de cuando se escribió el texto. Para interpretar de manera adecuada los escritos, serán necesarias las siguientes cosas: Conducción del ES. Más de una buena traducción. Buscar principios universales aplicadas a todo tiempo y toda persona. Disposición a obedecer. Tener la mente abierta. Cuidarse de interpretaciones extremas. Trabajar con personas experimentadas., Usar el sentido común. El cristiano no acepta el principio “una vez salvo, siempre salvo”. El mayor pecado es el orgullo y la suficiencia propia (deja de depender de Dios). La caída del cristiano es gradual, acrecentando la confianza en uno mismo. No por el hecho de ser hijos de Dios, estamos exentos de ser sometidos a tentación.