Abigaíl: No se permitió ser víctima de las circunstancias

Presentación del tema: "Abigaíl: No se permitió ser víctima de las circunstancias"— Transcripción de la presentación:

1 Abigaíl: No se permitió ser víctima de las circunstancias
Resumen de la Guía de Estudio para la Escuela Sabática del 30 de octubre del 2010. Visite:

2 Proverbios 14: 33 “En el corazón del prudente reposa la sabiduría; pero no es conocida en medio de los necios.” Texto clave

3 1 Samuel 25: 10, 11. Pero Nabal les contestó: —¿Quién es David
1 Samuel 25: 10, 11. Pero Nabal les contestó: —¿Quién es David? ¿Quién es ese hijo de Jesé [Isaí]? ¡Hoy en día son muchos los esclavos que andan huyendo de sus dueños! 11¿Acaso voy a tomar la comida y la bebida y la carne que he preparado para mis trasquiladores, y voy a dárselas a gente que no sé ni de dónde es?

4 ¿Quiénes actuaron con tozudez? La historia refiere:
David cuidó de los pastores y el rebaño de Nabal. En la fiesta de esquilación, David solicitó a Nabal provisiones. Nabal consideró a David como un don nadie. David fue insultado y humillado. Nabal (necio en hebreo), no estuvo dispuesto a escuchar. David también actuó con necedad al buscar venganza. Sólo había una persona que actuaría con sabiduría: Abigaíl.

5 ¿Qué hizo David mal frente a Nabal? David actuó con ira.
La ira descontrola a las personas. Por la ira se puede producir la destrucción total. ¿Cómo Abigaíl demostró su valentía? Así como Goliat era un gigante para David, este último, junto a sus 400 soldados, era un gigante para Abigaíl, pero igual lo enfrentó. El espíritu que tenemos motiva las acciones que realizamos. Podemos desconectarnos de la presencia del Espíritu Santo; sin embargo, él nos advierte del peligro de nuestras decisiones.

6 1 Samuel 25: 25, 26. ¡Que la culpa, mi señor, recaiga sobre mí
1 Samuel 25: 25, 26. ¡Que la culpa, mi señor, recaiga sobre mí! Yo le ruego a usted que me permita hablarle, y que escuche mis razones. No haga usted caso de Nabal, ese hombre grosero, porque él, haciendo honor a su nombre, es realmente un estúpido… Sin embargo, con toda seguridad, el Señor no ha permitido que venga usted a derramar sangre y a hacerse justicia por su propia mano.

7 ¿Qué nos enseñó Abigaíl cuando conversó con David? Abigaíl…
hizo recordar a David que era el ungido de Dios. promovió la nobleza de David. intercedió a favor de su esposo. El tiempo de hablar comienza cuando nos postramos delante del Señor e intercedemos por los demás, aun cuando pensamos que ellos no se merecen nuestro aprecio. Cuando oramos tan sólo por nosotros nos especializamos en generar excusas.

8 ¿Qué es lo que Abigaíl no hizo? Abigaíl…
tenía un sólido valor personal. se consideró un instrumento de Dios. no perdió su honor frente a David. La sabiduría se manifiesta en las acciones. Abigaíl no podía divorciarse. Dios se encargaría de su esposo en el momento más adecuado. Abigaíl esperó la decisión de Dios respecto a su vida.

9 1 Samuel 25: 39. Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo: —¡Bendito sea el Señor, que me ha vengado de la ofensa que me hizo Nabal! ¡Me ha librado de hacer lo malo, y ha hecho recaer la maldad de Nabal sobre Nabal mismo! Después David envió a Abigail una proposición de matrimonio.

10 ¿Cuáles fueron las consecuencias de las decisiones de Abigaíl?
David aceptó las críticas constructivas y estuvo agradecido a Dios. Abigaíl esperó el momento adecuado para conversar con su esposo acerca de lo sucedido. Abigaíl recibió la propuesta de matrimonio de David y ella aceptó. No se sabe mucho respecto a ella, sólo que tuvo que escapar de los amalecitas y que tuvo un hijo. La influencia de Abigaíl fue a toda prueba.

11 Para dialogar: ¿Qué podemos hacer para ayudar a aquellos que sufren de violencia en su hogar? ¿Cuáles son las características de los pacificadores? ¿Cómo podemos procurar la paz sin comprometer nuestros principios? ¿Qué aspectos de la vida necesitan ser enfrentados con valor y responsabilidad?

12 Conclusiones La necedad hace que nos olvidemos de nuestras responsabilidades. Nuestras acciones determinan quienes somos. Interceder amplía el panorama de perdón de Dios hacia nosotros. Sabiduría no es mentir, es actuar con razón. Confiar en Dios, a pesar de las circunstancias, nos da la felicidad.